Otra vez el vestido. Cuando creíamos que nos habíamos librado de la polémica del vestido, empezamos otra vez con el vestido. Cristina Pedroche ha hecho un vídeo para hablar del vestido. De su vestido. Ella, que dijo hace casi un año estar harta de la polémica del vestido se aprovecha de la polémica de dos vestidos que vestían lo justo. Poco explica del vestido. Porque no importa el vestido. Importa generar las expectativas sobre un vestido. Lo demás son accesorios. Su capaz de comunicación, accesoria. Su profesionalidad, accesoria. Su trabajo, accesorio. Que tengan la oportunidad de guiar a millones de familias por ese misterio insondable que es tomarse bien las uvas que dan la bienvenida al año nuevo también es accesorio. Lo único que importa es el vestido. Porque ese vestido puede vestir a cualquier otra a la que le quede bien el vestido. A quien esté dispuesta a ir poco vestida con un vestido. No importa qué vaya a decir, cómo lo vaya a decir, cuándo lo vaya a decir, por qué lo va a decir. Todo gira alrededor del vestido. Y aquí estamos, hablando del vestido cuando ni siquiera sabemos cómo va a ser el vestido. Y da un poco de pena lo del vestido. Una mujer que se queja de sufrir machismo porque la insultan por llevar un vestido. La misma mujer que desprecia la lucha de otras muchas por no ser esclavas del vestido. Pero un año más, entramos en la vorágine de si la va a vestir el vestido. En el 2017, seguimos vestidos de machismo.