Trump es gasolina para los «late night»

M. Ferreiro REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

La audiencia de los programas nocturnos americanos que hacen sátira sobre el presidente se dispara en EE.UU., Canadá y el Reino Unido; los más despiadados son los que arrasan

20 mar 2017 . Actualizado a las 07:42 h.

Donald Trump quiere levantar muros físicos y económicos para separar países, pero en el terreno televisivo está derribando fronteras. El presidente es un gran filón para los late night estadounidenses que, afilando sus sátiras y análisis políticos, están consiguiendo récords de audiencia en casa, pero también más allá de su territorio: en Canadá y en el Reino Unido.

La publicación americana Hollywood Reporter destaca, aludiendo a cifras de Numeris, que en algunos casos el seguimiento del público canadiense ha subido más de un 70 % con respecto a la anterior temporada. Dos productos de la cadena HBO protagonizan esta expansión. Real Time with Bill Maher ha mejorado un 73 % sus cifras en ese país y Last Week Tonight with Jonh Oliver ha doblado su audiencia.

Trump ha provocado un terremoto en el ránking de este tipo de programas. Stephen Colbert (CBS) amenaza la primera posición de Jimmy Fallon (NBC). Business Insider ha analizado quién gana y pierde bajo el mandato del nuevo presidente usando los datos de Nielsen. La conclusión es que suben como la espuma los que son más despiadados con el Gobierno de Trump. Colbert es más ácido que Fallon, saca punta a las polémicas con la contribución de expertos. Fue corresponsal de The Daily Show, de Jon Stewart, y se percibe que es de la misma escuela, no se permite la condescendencia. Fallon imita al magnate, pero está lejos del Trump de Alec Baldwin en Saturday Night Live. La conclusión es que Colbert ha pasado de los 2,5 a los 2,89 millones de seguidores, y que Fallon ha caído de los 3,5 a los 2,9.

Bill Maher ha pasado de un millón de espectadores a 1,8. Maher, muy duro en sus monólogos de apertura, insiste en las mentiras del magnate y de los miembros de su gabinete, y la relación de todos con Rusia. Además, destruye sin pudor a invitados trumpistas y llama «gallinas» a los tertulianos demócratas que no considera suficientemente agresivos. «Los progresistas de este país necesitamos gente con un par de huevos», insiste una y otra vez. Nunca ocultó que es donante de las campañas demócratas y llegó a ser demandado por Trump antes de que este fuera presidente.

Full Frontal with Samantha Bee ha triplicado sus cifras, de medio millón a 1,4 millones de espectadores. Para Bee la corrección política no existe. Llegó a afirmar que «Trump no es Hitler», pero que algunas de las consignas que sigue tienen «más contenido nazi que los mensajes de Enigma». Eso tiene un precio. Insultarla en las redes sociales es uno de los deportes favoritos de los más fanáticos del presidente. 

Con datos y humor

En Last Week Tonight, John Oliver repasa en solitario los temas de la semana. Los destripa con humor y cifras durante una media hora. En los últimos tiempos, para ilustrar la reforma sanitaria de los republicanos utiliza la fotografía de un gran trasero masculino apenas cubierto por un tanga rojo. «Es que esto no da más de sí», afirma. Y es implacable con las declaraciones eufóricas de Paul Ryan, líder de los conservadores en el Congreso, que ha dedicado grandes elogios a la nueva ley: «Puedes notar su erección». Así ha logrado sumar 300.000 espectadores más que los que tenía el año pasado por las mismas fechas.

The Daily Show, espacio de Comedy Central en el que el presentador Trevor Noah parodia los informativos de televisión, también ha conseguido incrementar su audiencia en un 15 % con respecto al 2016. Luce más sonrisas que otros, pero tampoco desaprovecha la gasolina de Trump.