Otra vez. Que otra vez vienen los que se hacen los suecos. Que esta semana nos hemos quedado con cara de tonta del bote. Porque los bingueros, auténticos trileros del valor añadido, nos han vuelto a decir ¡no hija, no! a ese vicio de ir al cine barato. Que si quieres pasar del 21 al 10 %, vente a Alemania, Pepe, porque a ver qué va a ser eso de bajar el IVA del cine, que ya va a parecer que vienen los socialistas.
De todas formas, no es el primer divorcio que vemos en directo. Ya les han dicho que no hay cine español del bueno. De ese que hacen los americanos, que vaya tía la CIA. Que Hacienda somos casi todos y que aquí no se puede vivir de la subvención. Eso del cine está lleno de Pepitos Piscinas. Una vergüenza, vaya. Una tropa de cuidado, los liantes estos. Nosotros, los decentes, teníamos que parar esta locura. Nada de bajar el IVA para que el currante pueda ir el domingo a sentarse tranquilamente en la butaca y ver una película. Eso sería un disparate nacional. Pero si a nadie le gusta el cine español. ¿Quién se acuerda de El laberinto del fauno? ¿Almodóvar? No me suena de nada. ¿Viridiqué? No, a mí eso de El verdugo... ¿Quién dices que es ese Álex de la Iglesia? Bah, que no. Que el cine español nunca ha tenido una Belle Époque. Que no vale para nada. De verdad, hay que ver cómo está el servicio, señores. Bajar los impuestos al cine. ¿Pero, en qué país vivimos? Por favor, ya estamos con las españoladas.