El sonido machacón del Veo, veo suena estos días más en las radios y las televisiones que en una escuela infantil. La muerte del compositor Eduardo Rodrigo, autor de tonadas perennes que estrenaron los enanos de los ochenta, ha rescatado para los programas serios cantinelas como Me pongo de pie o De oca a oca, que hicieron de su mujer, Teresa Rabal, la Xuxa española. Era cuando en televisión había contenedores infantiles y en los espacios de entretenimiento familiar se hacía hueco para jalear a la chavalada a la vieja usanza.
Aquellas figuras televisivas creadas para los críos son un oficio desaparecido y el retintín pedagógico ha sido sustituido por un tratamiento de tú a tú que da por sentado que los niños ven programas de mayores y escuchan su misma música. A ningún concursante de La Voz Kids se le ocurriría cantar una de Parchís en lugar de menearse como Shakira o Bisbal.