La ficción europea se abre hueco en los catálogos de las plataformas de Internet

b. p. l. REDACCIÓN / LA VOZ

TELEVISIÓN

David Koskas / Netflix

La UE impondrá regulaciones equiparables a las que rigen para los canales de televisión

03 jun 2017 . Actualizado a las 10:04 h.

Netflix anunció esta semana que Las chicas del cable, su primera serie española, tendrá tercera temporada. Antes, la plataforma estadounidense estrenó 7 años, su primera película española, y anunció la producción de Fe de etarras, lo nuevo de Borja Cobeaga. Hace un año este servicio de Internet estrenó la serie francesa Marsella, su primera ficción europea, a la que siguió la británica The Crown, y próximamente distribuirá su segunda serie gala, Osmosis. También HBO España busca implicarse en el audiovisual nacional y, según anunció, está en proceso de selección de proyectos para desarrollar series de producción propia en España. 

Las ficciones europeas ganan espacio en los catálogos de las nuevas plataformas de pago a través de Internet, que han desembarcado con sus ofertas de vídeo en streaming sin atenerse hasta ahora a las regulaciones que rigen para las tradicionales cadenas de distribución audiovisual. Su creciente apuesta por los productos locales no nace solo de un interés por acercarse al tipo de público de cada país, sino de la necesidad de acercarse a los preceptos que deben cumplir las televisiones en materia de apoyo al audiovisual y que pronto se regulará por la ley.

Manuel Fernandez-Valdes / Netflix

Los ministros de Cultura de la UE llegaron hace unos días a un principio de acuerdo para reclamar una cuota mínima del 30 % de contenidos europeos dentro del catálogo de plataformas de pago por visionado, como Netflix, iTunes o Amazon Prime. Los veintiocho acercaron posiciones para negociar con la Eurocámara unas nuevas normas comunitarias sobre servicios audiovisuales propuestas por la CE con el fin de extenderlas al vídeo bajo demanda.

La propuesta salió adelante con el respaldo de una mayoría cualificada, a pesar de la oposición de Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Luxemburgo, Países Bajos, Sucia, Reino Unido y República Checa (más la abstención de Hungría), países que ponían en duda la eficacia de un sistema de cuotas.

Las nuevas normas contemplarán que los Estados miembros puedan exigir a las plataformas que contribuyan a través de una tasa o un canon al desarrollo de producciones audiovisuales europeas, bien con una inversión directa en contenidos o con una contribución a fondos nacionales. Las aportaciones deberán ser proporcionales a sus ingresos.

Presión regulatoria

El secretario de Televisión Abierta (que agrupa a los principales agentes de la TDT en España), Ángel García Castillejo, mostró su satisfacción ante la iniciativa europea. En su opinión, la televisión tradicional se ha visto sujeta a una «fuerte presión regulatoria», mientras que otros proveedores «carecían de todo tipo de regulación».

Robert Viglasky / Netflix

Según el último informe de la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) correspondiente al 2015, la inversión que hicieron las cadenas de televisión españolas en cine nacional creció por primera vez desde el 2010 y alcanzó los 58,69 millones de euros (un 4,7 % más que en el ejercicio anterior). Se redujo, sin embargo, la financiación de obra audiovisual europea, que alcanzó 179,93 millones de euros (un 15,37 % menos que en el ejercicio anterior). Alrededor del 86 % de esta financiación fue aportada por cuatro operadores: Atresmedia, Mediaset España, RTVE y DTS (Canal+).

La Ley General de la Comunicación Audiovisual en España obliga a los canales a destinar el 5 % de sus ingresos de explotación (6 % en empresas públicas) a financiar obras audiovisuales europeas: películas para cine y televisión, series, documentales y películas y series de animación.