La pelota ya no le quema al Deportivo

Xurxo Fernández Fernández
xurxo fernández A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

PACO RODRÍGUEZ

El Dépor hizo su partido con mayor posesión del curso, guiado por Álex Bergantiños

02 mar 2015 . Actualizado a las 15:23 h.

Álex Bergantiños suele contar que fueron sus inicios en el fútbol sala los que le dieron mayor velocidad y precisión al mover la bola. Después ganó rigor táctico y capacidad de anticipación haciendo de central para los juveniles. Luego llegaron el Fabril y los años de viajante. En Jerez conoció los pagarés y en Granada el banquillo. Cuando aterrizó en el Nástic en pleno invierno, para salvar a los de Tarragona en compañía de Viguera, ya estaba hecho a casi todo.

Aquellos meses a las órdenes de Juan Carlos Oliva valieron un billete de vuelta a casa, donde Bergantiños se hartó de hacer flashback. Volvió a ser central, a calentar banquillo, a no cobrar, y ha acabado moviendo un equipo. Lo lleva haciendo desde la visita a Vallecas, pero fue en Almería donde dejó más claras sus nuevas atribuciones. «Víctor me dijo que fuera más atrevido y que intentara jugar más adelante, que me soltara más con el pase. Creo que estoy siendo más preciso y tocando más el balón. La continuidad me ha dado un plus», explicaba el canterano nada más concluir el último encuentro. Unas declaraciones que enlazan con aquellas realizadas por el técnico tras la victoria frente al Eibar en Riazor: «Le comenté hace ya meses que no podía ser un futbolista previsible, que tenía que tener más intención. Creo que es de los que más han mejorado».

Más pase en corto

Y los números dicen que es cierto. Ahora, como destacaba Víctor, el de La Sagrada «filtra balones entre líneas y busca cambios de orientación, no solo pases laterales». En los Juegos del Mediterráneo dirigió al conjunto blanquiazul en el partido en el que más posesión acumuló esta campaña (es la octava vez que ganan al rival en esta faceta). Hasta el 64% del tiempo que la bola paso en juego transitó a pies de los coruñeses, que alcanzaron un 82% de acierto en el pase. La pelota ya no quema y el sábado se movió sobre todo en corto (fórmula elegida en 359 de las 461 veces en las que un futbolista visitante combinó con el compañero). Desaparecieron los frecuentes pelotazos hacia Riera y los balones en largo buscaron más la espalda del rival.

«Ellos perdieron varias veces su sitio y quisimos aprovechar ese espacio que dejaban», explicaba el nuevo cerebro blanquiazul, que se reconoce favorecido por el entorno. Su nueva pareja, Celso Borges, «ayuda mucho en defensa y en las disputas aéreas. Te deja ver el fútbol de cara y te libera a la hora de tener la pelota». Por delante, Riera y Lucas «nos dejan muchos balones de cara a los que llegamos en segunda línea». En Almería, Bergantiños buscó por dos veces su segundo gol en Primera. El último paso en su mutación.