Víctor Fernández: «Los que me cantan en contra, no me hacen daño a mí, se lo hacen al Dépor»

Alexandre Centeno Liste
A. Centeno LA VOZ / A CORUÑA

TORRE DE MARATHÓN

PACO RODRÍGUEZ

Siente que venir a reemplazar a Fernando Vázquez ha marcado su relación con parte de la grada, pero sostiene que eso nunca le hará bajar los brazos

30 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegar para sustituir a Fernando Vázquez no fue la mejor manera de aterrizar en Riazor para Víctor Fernández. El técnico aragonés ha tenido que convivir desde el principio con el rechazo de una parte de la afición. Lo asume, no le agrada, pero advierte de que «a mí no me hacen daño, hacen daño al Dépor».

-¿Cómo se lleva el estar señalado desde el primer día?

-Con mucha fuerza mental, que es la que le pido a mis jugadores. Mucha templanza. Serenidad. Procurando estar al margen del ruido. Ser uno mismo. Ser profesional y responsable hasta las últimas consecuencias y que se perciba que lo dejo todo por el grupo, porque consiga el objetivo. He ganado títulos (tiene una Copa Intercontinental, una Recopa, una Copa del Rey y una Supercopa Portuguesa) y he jugado finales. Si consigo este objetivo, es como si hubiera conquistado uno de los títulos que he ganado.

-¿Qué siente cuando escucha en Riazor «¡Víctor, vete ya!»?

-Lo primero que hay que analizar es de dónde salió. ¿De qué sector? A lo mejor salió de un sector muy determinado. De otros no. Pero bueno, al margen de eso, tengo que aceptarlo todo. Si no gusto, luchar por gustarles. Lo que sí que nadie me va a hacer bajar la cabeza. Nadie. Tengo la conciencia muy tranquila. Estoy luchando por el equipo. Nadie me va a doblegar en ese apartado. Estoy luchando por el Dépor con todo. Y, además, estoy dentro del objetivo. Si la acabara hoy, estaríamos salvados. Y ojalá hubiera acabado la Liga. Ojalá. Porque es a lo que puede aspirar este equipo. Nadie me va a poder reprochar que me escondo, que me meto en el banquillo. Eso es lo que me ha permitido ser el cuarto entrenador de la historia en número de partidos. Las trayectorias no se regalan, se ganan. El Dépor ha ganado seis títulos. Y nadie se lo discute. Pues lo que he ganado yo en 20 años nadie me los ha regalado tampoco.

-Gritos e incluso una pintada hace algunos meses.

-Mi fichaje llegó en circunstancias muy determinadas. La quinta jornada me han pedido que jugara una final. En la octava... Pero eso no depende de mí y no puedo hacer nada. Por tanto para qué me voy a desgastar. Lo que sí que soy es impenetrable. No es agradable. Si a uno le cantan no es agradable. Pero los que me cantan en contra no me hacen daño a mí, se lo hacen al Dépor.

-¿Y el silencio de Riazor frente al Espanyol, cómo lo lleva?

-En ese sentido, lo único que puedo decir es que la unión hace la fuerza. Si estamos unidos, somos más fuertes. Emocionalmente, un equipo se siente mejor cuando se cuenta con el calor de la gente, está arropado y percibe unidad. Eso es evidente. Pero no lo podemos establecer como grupo. Tenemos que limitarnos a hacer nuestro trabajo lo mejor posible. Estamos viviendo un momento de transición, con cambio de poderes gubernamentales, es muy difícil. Es algo que yo no puedo controlar, ni manejar, ni debo. Por eso un día salté con aquella frase de que parecía que nos queríamos autodestruir... A alguno le sentó mal. Posiblemente a los que quieren destruir. Lo dije una vez y jamás entraré más ahí. Me tengo que limitar a entrenar, dirigir, dar soluciones en el campo, aceptar esta transición, que es muy difícil y nada más.

-¿Los jugadores perciben ese ambiente frío?

-Es evidente, pero eso no justifica los resultados. Si a un futbolista le pitan, no vale de excusa para obtener un buen rendimiento. Tú tienes que ser brillante y acertar. Si luego tienes el cariño de la grada mejor.

-¿Se siente respaldado por el club?

-Me pongo en la piel del presidente y de los directivos y lo tienen muy difícil. No sé si lo van a tener fácil en los próximos meses... Cada vez tengo más dudas. Son personas y para ellos no resulta nada gradable estar en ese escaparate de rechazo de algún sector. Porque también a mí hay gente que me dice que quieren gente responsable al frente del club y para eso han elegido a estos los accionistas. A veces los que más ruido hacen no representan a una mayoría. Pero no tiene que ser de buen gusto para ellos.

-No me ha respondido. ¿Se siente respaldado? ¿Cómo ha vivido tantos ultimátums?

-Eso es algo que yo no he notado.

GONZALO BARRAL

-¿Realmente cree que si hubiera perdido contra el Valencia, el Elche o el Athletic, seguiría siendo ahora técnico del Dépor?

-Yo creo que sí porque incluso perdiendo algunos de esos encuentros seguiríamos dentro del objetivo. No podían decirme que no estuviéramos dentro del objetivo. Los objetivos no se consiguen en la jornada 20. Le diré algo, los tres últimos clasificados han cambiado de entrenador.

-¿Se planteó en algún momento presentar la dimisión? ¿Qué tendría que pasar para que se lo planteara?

-Nunca. Nunca abandonaría el barco. Jamás. No soy tan cobarde como para abandonar el barco en una situación así.

-Si se salvan, ¿espera que el club le ofrezca seguir? ¿Seguiría?

-Posiblemente estaré a la altura del deportivista más feliz. Será una felicidad y una satisfacción enorme... A la altura de cualquiera de los títulos que he ganado hasta ahora. De lo otro, no sería bueno decir nada ahora.

«Este club tiene muchos espacios que reconquistar, empezando por la credibilidad»

Se ve fuera de puestos de descenso y no entiende por qué se critica su labor en el Deportivo. Víctor teme que el problema sea que las aspiraciones sean irreales.

«A lo mejor en esta ciudad hemos perdido la percepción de quiénes somos, qué queremos y a qué podemos aspirar. Si perdemos esa perspectiva, cualquier juicio o análisis será desviado de la propia realidad. Es un equipo construido para salvarnos con muchas limitaciones. Me sorprendió que en pretemporada tuvimos problema de contratar jugadores porque tenían dudas sobre si podíamos pagar. Y se fue a otro equipo de menor historial. El Dépor tiene muchos espacios que conquistar, empezando por la credibilidad. Esos espacios se conquistan con el equipo en Primera, con criterio, siendo honestos y profesionales. Ese es nuestro objetivo. El primer gran paso que tiene que dar el Dépor, aparte de económicamente.

-Se queja de aspiraciones irreales, pero algo de culpa tendrá también usted, porque en pretemporada habló de practicar un gran fútbol y de grandes fichajes.

-No vinieron jugadores porque perdimos muchas opciones. No fue una fantasía mía. No se alcanzó. Sorprendentemente, me quedé sorprendido por las razones por las que algunos no vinieron. La realidad es esa. De los equipos de mitad hacia abajo, el Dépor es uno de los que más fútbol ha podido aportar. No tengo duda. Pero todo se mide por la eficacia y el resultado.

-Si pudiera regresar a agosto, ¿moderaría su discurso?

-No. A la gente hay que enviarles mensajes de ilusión y esperanza. Pero sin alejarnos del objetivo. A mí me ficharon para ser mejor que tres equipos. Es vital alcanzar la permanencia por las consecuencias económicas. Se ha comenzado un camino en el club, que es mucho más factible con el equipo en Primera. Y ahí no hemos engañado a nadie.

-¿Ha conseguido jugar a lo que quería?

-Hemos tenido que adaptarnos a los vaivenes de la competición y al momento de forma de muchos jugadores. Los primeros meses tuvimos muchísimas dificultades a nivel físico. Desde hace meses hay una cierta estabilidad en la alineación, en la forma de jugar. Si no se han repetido alineación en el 80 % de los casos ha sido por salud. Creo que hemos encontrado el camino.