Algo más que el efecto Pepe Mel

José M.Fernández

TORRE DE MARATHÓN

César Quian

No siempre el fútbol es injusto. Ayer, en Riazor, el juego premió al que más merecimientos acumuló

13 mar 2017 . Actualizado a las 16:22 h.

Por inesperado que fuera, el Dépor por doblegó al líder por fútbol, ganas y planteamiento. Casi ocho años después, el conjunto coruñés ganó al Barcelona, el todopoderoso que aterrizó en A Coruña con el aval de la mayor remontada de la historia en la Liga de Campeones. Así, como si quisiera reivindicar para sí el espectacular 4-0 al Milán del 7 de abril del 2004, el Dépor firmó el partido más completo de la temporada, una victoria que lo aleja del descenso, prolonga el efecto Pepe Mel y levanta el ánimo de Riazor a solo una semana de acoger o noso derbi. Con la ausencia de jugadores hasta ahora imprescindibles en el once inicial (Sidnei, Guilherme, Çolak o Andone) y el protagonismo del gran capitán ?Álex Bergantiños?, Joselu o Fayçal.

La defensa

Las paradas de Lux y una zaga que apenas concedió ocasiones. Ni un lamento por no encarar el partido en las mejores condiciones. Pepe Mel no afrontó el choque con el Barcelona con el Celta en el horizonte. Puso sobre el campo lo que tenía, sin complejos ni concesiones a un rival que defendía el liderato. Riazor vio a un Dépor competitivo, capaz de buscar al Barcelona en su campo cuando era necesario y de esperar y cerrar todos los espacios cuando el rival se apropiaba del balón. Impecable en el trabajo defensivo, que apenas concedió más ocasiones que el gol de Luis Suárez. Y, como en El Molinón, donde no llegó la zaga apareció Lux para sumar con un par de paradas extraordinarias, a remates de Denis Suárez y Luis Suárez.

El empate

La reacción tras el descanso. Si el Dépor acumuló méritos en un primer tiempo en el que frenó las acometidas del Barcelona, mantuvo intacta la concentración, remató más que su rival y se adelantó con el gol de Joselu. Fue en el segundo cuando exhibió su mejor cara. Reaccionó de forma espectacular al gol de Suárez en el minuto 46, controló el ritmo del partido y obligó al Barcelona a buscar con los cambios (entraron Iniesta, Rakitic y Alcácer) lo que el Dépor no le concedía.

El centro del campo

Fayçal y Bergantiños. Carlos Gil se estrenó como enganche y Fayçal acompañó en el medio del campo la primera titularidad de Bergantiños y a Borges. El franco-marroquí cuajó un partido excepcional, se hartó de recuperar balones, repartió con criterio y nunca perdió la posición. Solo le faltó rematar la faena con un tanto en el tramo final. El capitán, que dio equilibrio y exhibió su habitual destreza táctica, hurgó en las limitaciones físicas de Jordi Alba para darle el triunfo al Dépor.

El primer gol

El regreso del mejor Joselu. Joselu también es capaz de pelear en solitario con la defensa rival, algo que parecía que no encajaba con sus indudables cualidades de gran rematador. Completó su mejor actuación con el Dépor, presionó a la defensa del Barça cuando era necesario, aguantó el balón en inferioridad, puso a prueba a Ter Stegen en un par de ocasiones y marcó el 1-0.