Casi la mitad de los goles anotados por los coruñeses esta temporada provienen del balón parado
14 mar 2017 . Actualizado a las 19:20 h.Durante las últimas temporadas, el balón parado fue el talón de Aquiles del Deportivo. Pasaban entrenadores y jugadores, y el equipo coruñés seguía encajando tantos en córneres y faltas laterales sin que pareciese haber un remedio. Las tornas, sin embargo, han cambiado, y ahora es el Dépor el que amenaza cuando el árbitro sopla el silbato cerca del área de lo rivales. Casi la mitad de los goles que el equipo coruñés acumula esta temporada provienen de la pelota parada, donde el pie de Fayçal Fajr y de Emre Çolak han marcado diferencias.
Son 17 goles en total, 13 en Liga y 4 en Copa del Rey, que tuvieron su origen en una falta lateral, en un córner o en el punto de penalti. Del total de 37 en las dos competiciones, el porcentaje es considerable para un equipo que ha pasado por dificultades para transformar sus ocasiones y es el que peor ratio de conversión de sus tiros a puerta de la Primera división. En un club necesitado de goles y puntos, la estrategia ha sido un asidero para el Dépor de Gaizka Garitano y también de Pepe Mel.
Desde el primer partido de la temporada hasta el último disputado ante el Barça, el Dépor ha explotado la altura de sus centrales (han marcado Arribas, Sidnei y Albentosa) y de Celso Borges, el oportunismo de Pedro Mosquera y, sobre todo, el tacto de Emre Çolak y Fayçal Fajr en la ejecución. De la zurda del turco salieron 6 centros decisivos a balón parado, y de la diestra del marroquí otra media docena.
La cuenta, sin embargo, la abrió un centro de Lucas Pérez ante el Eibar, en el que irrumpió por sorpresa Pedro Mosquera. El primer gol de la temporada del Dépor tenía que ser a pelota parada. Luego, seguiría la cuenta con un tanto de Borges ante el Sporting de Gijón, tras centro de Emre Çolak y un rebote en el área. Incluso en jugadas poco limpias (con rebotes ante el Betis en Copa y el disparo de Luisinho, o el rebumbio en el área de un centro de Çolak resuelto por Sidnei ante la Real Sociedad) el Dépor ha sacado partido de su poderío por alto.
También los delanteros se han beneficiado del acierto del Dépor en las jugadas de estrategia. Andone cabeceó a gol un centro perfecto de Çolak ante Osasuna. Y Joselu marcaba su primer gol en Riazor en Copa ante el Alavés con un balón puesto por Fajr al segundo palo. Y luego están los penaltis: Borges marcó ante el Málaga desde los 11 metros, al igual que Lucas ante el Eibar. Además, Babel marcaba en el rechace del penalti fallado por él mismo, una pena máxima forzada además en una falta sobre Arribas en un balón al área.
Además de su peso específico en el global de goles del Dépor, los tantos en jugadas de estrategia son sinónimo de puntos. Sólo en dos ocasiones esos goles logrados a balón parado no se tradujo en puntos. Fue el penalti de Borges en Málaga y el gol de Albentosa en el derbi gallego a centro de Fajr. El mejor ejemplo es el último: el Barça hincó la rodilla en Riazor con dos centros (uno de Fajr, otro de Çolak) resueltos por Joselu y Álex Bergantiños. El granero de puntos del Dépor es estratégico.