El Dépor encuentra un filón a balón parado para el derbi

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

Marca de estrategia el 46?% de sus goles, mientras el Celta es el que más encaja

17 mar 2017 . Actualizado a las 13:34 h.

Si el fútbol fuese una ciencia exacta, el camino del Dépor para ganar el derbi en Riazor ya estaría escrito. El Celta ha concedido nada menos que 13 goles a balón parado, mientras su eterno rival, al que se enfrentará pasado mañana (18.30 horas, beIN LaLiga), marca de estrategia casi la mitad de sus tantos. La distancia entre la virtud coruñesa y el defecto celeste se revela tan pronunciada que parece difícil que no pueda afectar al encuentro más esperado de la temporada en Galicia.

El poder deportivista se ha acentuado en las últimas semanas, especialmente desde la llegada al banquillo de Pepe Mel, quien en una entrevista en Onda Cero después de la victoria contra el Barcelona reconocía que ha trabajado las jugadas de estrategia desde que llegó. «No teníamos mucho tiempo para entrenar, entre recuperación y la verdad es que si algo podíamos trabajar era estrategia, que no tiene desgaste físico, y ya nos salió contra el Atlético de Madrid (se refiere al paradón de Oblak al remate de Mosquera con 1-0 en el marcador), ganamos en Gijón así (el mediocentro coruñés marcó de cabeza en un saque de esquina) y hoy (por el pasado domingo) hemos vuelto a ganar de este modo (Joselu remató a quemarropa tras un saque de esquina para abrir el marcador y Bergantiños cabeceó el segundo), entonces cuando no tienes tiempo para trabajar... pero creo que la estrategia te da y te quita muchas cosas», añadió el técnico.

De Mosquera a Bergantiños

En el caso blanquiazul, desde luego le ha brindado ya un buen puñado de puntos y también le abrió el camino hasta los octavos de final de Copa. De los 37 goles marcados por el Dépor en competición oficial (31 en Liga y 6 en el torneo del k. o.), nada menos que 17 tuvieron su origen en una falta lateral, un córner o bien fueron anotados desde el punto de penalti. Son casi el 46 ?% de todas sus dianas. Tal resulta la influencia de las jugadas a balón parado en los éxitos del equipo coruñés, que aquellas han protagonizado las alegrías desde el primer gol de la temporada, el de Mosquera al Eibar en el segundo palo, hasta el último logrado por ahora, el citado de Álex Bergantiños contra el Barcelona.

Este llegó de cabeza, es decir, del mismo modo que cinco de los once últimos tantos deportivistas. Otra vez casi la mitad. De los más recientes a los menos, serían: Bergantiños (Barça), Mosquera (Sporting), Borges (Espanyol), Babel y Andone (ambos al Osasuna). Hay que subrayar el dato de que todos estos fueron obra de distintos futbolistas, por lo que los lances a balón parado se revelan como un plan común de ataque y no la especialidad de un determinado jugador. Es decir, no hay un Cristiano o un Aduriz (aquel con 46 es el jugador en activo con más goles de cabeza en Liga y solo este aguanta su ritmo con 45) en el equipo que ahora entrena Mel, sino varios capaces de sacar provecho al acierto de los lanzadores. Por referirse a los más recientes, Çolak sirvió tres de estos cinco tantos, mientras Fayçal y Carles Gil dieron las asistencias en los otros dos. En términos globales, de la zurda del turco salieron seis centros decisivos a balón parado, mientras la diestra del internacional marroquí participó en otra media docena.

Con el derbi ya como único pensamiento en los dos bandos que se enfrentarán pasado mañana en Riazor, el Celta se ha revelado hasta ahora como un adversario propicio a la hora de encajar goles a balón parado. No en vano, es el peor de la Liga en esta faceta, con trece goles recibidos. Se sitúa así como el equipo que más tantos lleva sufridos en acciones de estrategia, igualado con el Osasuna, colista de la categoría.

Padeció el último de estos lances el pasado domingo. Soldado dio el triunfo al Villarreal en Balaídos después de una jugada nacida de la estrategia de un saque de esquina. Musacchio cabeceó y el balón tropezó en el rostro del delantero para acabar en el fondo de la red. Porque en el fútbol los caminos del gol nunca están escritos.