Lesión y triste adiós de Joselu

Pedro José Barreiros Pereira
Pedro Barreiros A CORUÑA / LA VOZ

TORRE DE MARATHÓN

GONZALO BARRAL

El delantero gallego sufre una lesión en el tendón de Aquiles y puede que no vuelva a vestir la camiseta del Deportivo

29 abr 2017 . Actualizado a las 16:23 h.

La etapa de Joselu en el Dépor se cerró este viernes sorpresivamente tras la segunda lesión de gravedad de un delantero con más ruido a su alrededor que nueces en el césped. Las pruebas médicas revelaron una pequeña rotura en el tendón de Aquiles de la pierna derecha. Aunque elude el quirófano, el gallego será baja cuatro semanas, por lo que, como la Liga concluye el 21 de mayo, no volverá a vestir la blanquiazul. El primer partido que se perderá es el de mañana (12.00 horas, beIN LaLiga) contra el Osasuna, donde se une a la ausencia de Sidnei, que no jugará debido a una lesión de grado 1 en el muslo izquierdo. En el entrenamiento de hoy se desvela si estas bajas deportivistas (tampoco participará Mosquera, quien sigue en la enfermería) son las únicas para el trascendental encuentro, pues Carles Gil y Lux sufren sendas sobrecargas musculares.

La despedida de Joselu llega cuando los goles que marcaba (suma tres en la etapa de Mel, los dos más recientes en los últimos partidos en Riazor) apenas calmaban el enfado por su actitud sobre el campo. En la celebración del que marcó al Málaga se echó el dedo a la boca como si pidiese silencio, un gesto que nunca ha explicado, pese a su gran actividad en las redes sociales (fueron especialmente polémicos sus «me gusta» a los mensajes de alegría de Morata y otros jugadores del Madrid tras el triunfo en Riazor). Tampoco pidió perdón, más allá del vestuario, por su enfado público con el entrenador cuando fue sustituido en aquel encuentro. 

Debut y lesión

El jugador formado en el Celta tuvo que sobreponerse al mal fario de lesionarse a los veinte minutos de su debut allá por septiembre. Sufrió entonces un fortísimo esguince de la rodilla derecha que lo mantuvo casi tres meses de baja. A su vuelta, el Dépor disfrutó del mejor momento, pues reunió en ataque a Gil, Çolak y Babel a pleno rendimiento, junto a Andone, con el que el jugador de Silleda ha mantenido de principio a fin una intensa competencia. Sin embargo, algo se rompió entonces en su relación con Garitano, cuando después de los dos goles del Bernabéu apenas salió al final del partido contra el Osasuna. Eso sí, el técnico se le jugó con el siete deportivista desde el principio en el último partido de su etapa contra el Leganés.

Entre los mejor pagados de la plantilla, ni antes ni ahora plasmó sus condiciones de excelente rematador para reclamar por pleno derecho una plaza en el once deportivista. Tampoco su fútbol demostró el pedigrí de aquel estreno con el Madrid en el 2011, ni las razones de los ocho millones pagados por el Stoke inglés (propietario de sus derechos) en el 2015, ni avaló los argumentos del Dépor para insistir en su incorporación tras la marcha de Lucas. En A Coruña su talento no se reveló suficiente para guiar al equipo coruñés frente al Alavés a los cuartos de Copa y solo se ganó los aplausos en un único triunfo de su equipo, aquel 2-1 de Riazor contra el Barça.

Ahora despide su etapa en el Dépor por la puerta de la enfermería y como uno de los rostros de la decepcionante temporada de su equipo.