Vuelve Pablo Martínez, las entrañas del Deportivo y la pesadilla del Nàstic

TORRE DE MARATHÓN

Pablo Martínez celebra un gol
Pablo Martínez celebra un gol MARCOS MÍGUEZ

El central, recuperado de una lesión en la rodilla, pone su habitual carisma frente a un rival al que marcó su primer gol como blanquiazul

09 mar 2024 . Actualizado a las 21:17 h.

El cangrejo comenzó a abrir y cerrar sus pinzas precisamente en el último partido contra el Nàstic. Lucas centró y Pablo Martínez marcó para alborozo de sus hijos, con los que juega en la playa a perseguir crustáceos. A ellos les dedicó su primer gol como blanquiazul. «Fui a Santiago y ahora tendré que volver», reconoció feliz aquella noche en que el Deportivo estrenó su cuenta de triunfos en casa y el adversario de este domingo se hundió en una zozobra de ocho partidos sin ganar. Aún parecía muy lejano para ambos un partido como este, con los blanquiazules a la expectativa de seguir asombrando en la Liga y el equipo de Tarragona decidido a pelear por el ascenso directo.

El central conforma junto a su tocayo Vázquez una pareja de defensas difíciles de asaltar, así como destacados a la hora de ver puerta a balón parado. Este lleva cinco, mientras el francés acumula tres en una línea que se reparte la experiencia, el talento y la oportunidad, pero a Pablo Martínez le corresponden las tripas y el carisma. «Hasta que me corten el pie o el dedo de un pie estaré en el campo», había llegado a decir cuando unos problemas de espalda le llevaron al banquillo en la primera vuelta.

Ahora vuelve después de dos partidos en el dique seco por culpa de una lesión en la rodilla que aún le llevó a entrenarse toda esta semana con un llamativo vendaje. «Está bien. Ha cumplido un poco los plazos previstos, ha entrenado progresivamente esta semana, se ha incorporado. He hablado con él ahora y tiene buenas sensaciones», manifestó convencido el pasado viernes Idiakez.

En su ausencia, Dani Barcia volvió a demostrar que su futuro ya forma parte del presente de una demarcación clave en la remontada. No en vano, Lucas, distinguido como el mejor jugador del pasado mes, se acordó de todos al recibir el galardón: «El premio se lo pudo haber llevado Yeremay, Mellita, o Barbero, o Villares, o José Ángel, o Pablo Martínez, o Barcia... se lo podía haber llevado cualquiera».

El de Pablo Martínez, que trabajó en el Carrefour antes de subir a los altares de Riazor y que se ha cortado la coleta como talismán en pos del ascenso, es el regreso de la alineación que ha dado al Deportivo un carácter inabordable en esta segunda vuelta.