La Fiscalía incrimina a los chóferes de un bus en el que viajó una menor rumana vendida a un club

La Voz

FIRMAS

25 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La Fiscalía de Extranjería ha dado un paso más en su lucha contra las redes de prostitución y trata de seres humanos. Pretende depurar la responsabilidad penal de los chóferes de la empresa de autobús que trasladaron a Vjgo a una menor rumana que había sido vendida a un albanés por una familiar. En Vigo, debía trabajar en un club como prostituta a las órdenes de su dueño.

La Fiscalía cree que los chóferes del autocar sabían lo que pasaba y permitieron el viaje de la menor desde Rumanía a Vigo, acompañada de la pariente que negoció la venta, sin que esta tuviese ninguna procura o permiso paternal y a sabiendas de su minoría de edad. Los conductores, según la Fiscalía, conocían que la pasajera era menor porque le retuvieron su pasaporte al llegar a Vigo porque sus tratantes no les pagaron el precio del billete.

El caso lo lleva actualmente el juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, que pronto abrirá su fase intermedia.

Prostituta nigeriana infantil

La Fiscalía también detectó en el 2013 el caso de una nigeriana encontrada en un club de Vigo y que tenía apariencia infantil, lo que llevó a hacerle una prueba. La víctima nunca denunció haber sido explotada por una red de trata de seres humanos pero las autoridades investigaron su traslado y recorrido desde su país de origen, sus movimientos en España, su petición de asilo, los clubs en los que estuvo y se localizó a la banda que trasladaba y explotaba sexualmente a compatriotas. A estas las sometían a rituales de magia vudú en el viaje en bus o patera para continuar con la explotación en España cuando habían pagado su deuda.

Otro caso que sorprende a la Fiscalía es el de una mujer que fue rescatada de un club de Vigo y la familia se enfadó porque había cesado de trabajar. La llamaron de inmediato para que volviese a su domicilio familiar, a lo que obedeció dada su vulnerabilidad y carácter manipulable. Al parecer, su propio novio la había metido en la prostitución.

La Fiscalía ve un «serio inconveniente» para acreditar el delito de prostitución porque es una actividad que estas víctimas tienen asumida. Incluso si ejercían en su país de origen, eso no elimina el engaño en el traslado ni a la falta de libertad para abandonar el oficio.

La dificultad es importante en el caso de las nigerianas. «Las víctimas identificadas son muy vulnerables y muy reacias a presentar denuncia, pese al contenido de las conversaciones y grabaciones telefónicas», dice el informe del 2013 de la Fiscalía de Pontevedra. Cree que muchas ya fueron antes víctimas de estas redes de trata de seres humanos.

En el 2013, se cerraron dos establecimientos en el partido judicial de Vigo por el cruce ilegal de fronteras de brasileñas que iban a ejercer la prostitución.