La viguesa Inés, la peladora de patatas más rápida de Top Chef

La Voz

VIGO

Sus mondas no le dieron la inmunidad, pero pasó la fase tras una agria discusión con el catalán Marc por una menestra de verduras que conquistó al jurado

16 sep 2014 . Actualizado a las 14:58 h.

Como una máquina. Esa fue la velocidad con la que la chef viguesa Inés Abril desarrolló la primera prueba a la que se tuvo que enfrentar en el programa de anoche de Antena 3 , Top Chef. Después de superar con holgura la prueba de clasificación de la semana pasada, la joven se puso de nuevo bajo la mirada de Chicote, el gallego Yayo Daporta y Susi para enfrentarse a más pruebas.

En esta ocasión la primera fase consistía en algo sencillo y «humilde», según insistía el jurado: pelar patatas. La viguesa, que trabaja en el restaurante de una estrella Michelín Maruja Limón, demostró una velocidad asombrosa y terminó la primera de entre los doce concursantes. Sin embargo, falló en la técnica y no logró la ansiada inmunidad. Chicote no dudo en decir «que su padre tiene una distribuidora de patatas porque la mitad de la patata la está tirando a la basura». Ella misma reconoció cuando terminó la prueba que «la potencia sin control no tiene sentido». Por esas mondas con restos de patata quedó descalificada de la prueba, lo que no supuso que la joven no afrontara el resto del programa con ganas y esfuerzo.

De huerta

La segunda parte del programa llevó a los concursantes hasta la huerta. Allí tuvieron que dividirse en equipos y la elección de los capitanes no estuvo exenta de polémica. Fran, el inmune, se decidió por la viguesa Inés y al polémico Carlos, que no dudó en criticar esta medida ya que asegura que él no es defensor de un trabajo en equipo.

Inés se enfrentó en esa prueba a un grave inconveniente, eligieron un plato para el que Marc Joli no recolectó los ingredientes necesarios. El tomate y el ajo, los que iban a ser protagonistas del menú, no figuraban entre los productos de huerta que había cogido su compañero. Marc intentó en sucesivas ocasiones cambiar el plato y casi rivalizó con Inés a la hora de dirigir el grupo. «Es una democracia real», ironizó ante Chicote el catalán, ante lo que Inés se defendió asegurando que «Marc dice muchas cosas, muchas cosas y se queda en eso».

Después de una agria discusión entre Marc e Inés, fialmente se impuso la decisión del catalán y el grupo naranja se decantó por una menestra de verduras.

«Cuando una persona no se deja organizar y no deja que la mandes desestabiliza al resto», explicó Inés, a quien Chicote acusó de no dirigir de forma efectiva.

La propia gallega apuntó al final del plato que la decisión de Marc de elegir muchas verduras había sido una buena apuesta e incluso se disculpó. Finalmente su menestra obtuvo las mejores críticas. El gallego Daporta apuntó que había sido la opción más acertada, con el toque justo y «sabor a huerta». Sin embargo Carlos no dudó en criticar a Inés y asegurar que «para hacer unas verduras salteadas no vengo a este programa».

Los otros equipos

Por su parte Carlos, marcó su planteamiento desde el principio: «yo he querido ir a lo mío». Con una representación de la huerta que incluía tierra intentó asombrar a todos. «Algo tan complicado como lo que hemos hecho nosotros es merecedor del puesto», aseguraba el concursante, que no ha dudado en abandonar la modestia para defender su plato.

En su ansia por ganar, el equipo de Carlos no dudó incluso en desacreditar al jurado elegido para la prueba, un grupo de hortelanos de Carabaña. «Si en vez de los señores mayores juzgaran el plato los jueces, era nuestro». Sin embargo Chicote, Susi y Yayo no terminaron convencidos.

El equipo de Fran, que se decantó por unos raviolis de verduras en un equipo unido que trabajó de forma conjunta. Pese a los chascarrillos por la forma «erótica» del plato, obtuvo buenas críticas.

Finalmente los equipos que lograron la salvación fueron el de Fran y el de la viguesa Inés, que incluso derramó lágrimas de alivio tras no quedar eliminados tal y como ella había supuesto. Carlos no se tomó la decisión de buen ánimo y tildó a todos sus compañeros de falsos cuando se acercaron a darles abrazos y ánimos.

Relevo de Honorato

La última fase del programa terminó con la recuperación de un concursante anteriormente eliminado. Honorato entró en el puesto de Joaquín en una preparación de un plato con bacalao en una sesión de cocina que dejó clara la competitividad de todos y el mal humor de Carlos. «Quiero ir comiéndolos uno a uno», vaticinó el cocinero. Tendrá su próxima oportunidad la semana que viene, en una visita a Galicia que les obligará a preparar pulpo para un grupo de peregrinos de Santiago.