Proyecto K9

VIGO

25 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El nombre sugiere la última de las modernidades, la tecnología más puntera, rodeada incluso del más profundo de los misterios industriales. Y esas consideraciones son posibles de mantener aunque al decir «proyecto K9» se esté hablando de fabricar una furgoneta, el modelo en el que la planta de Balaídos y todo Vigo tiene depositadas una buena parte de sus esperanzas industriales de futuro. El ritmo de fabricación de PSA ya ha venido marcando el desarrollo de la ciudad desde que en las naves de Montero Ríos se empezaron a ensamblar precisamente unas furgonetas, las AZU, tras atraer a Citroën a Vigo con las ventajas fiscales de su Zona Franca y los salarios bajos de su centenar inicial de trabajadores.

Pero volver a basar 56 años después la viabilidad de un proyecto tecnológico e industrial en que la plantilla dé un salto salarial al pasado reduciéndose a la mitad sus pagas extra, un cinco por ciento su salario anual, minorando las primas de objetivos, la antigüedad, complementos de nocturnidad, peligrosidad y demás conceptos va justamente en sentido contrario de la modernidad, de la tecnología puntera y la comodidad con la que se rodea la K9.

Cada uno de esos logros laborales se ha hecho en la planta viguesa de PSA a cambio del cumplimiento en el trabajo de todos cuantos han entrado y salido a toque de sirena de sus naves, y ese compromiso les ha llevado a convertir al complejo del Lagares en el más productivo del grupo en todo el mundo. El nuevo proyecto parece querer radicar en esa dedicación profesional pero a un coste mucho menor de los 24.000 euros brutos que cobra de media un empleado de la fábrica viguesa que haya cumplido diez años de antigüedad. Ser competitivos recortando salarios es fácil, lo complicado es ser puntero valorando a quienes lo hacen posible. Pero después de un K9 siempre vendrá un K10 con más recortes como gasolina.

@carlospunzon