«Tras quedarme sin casa, hoy duermo en la calle y mañana ya veremos dónde»

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

El juzgado ordenó ayer el desalojo de una mujer del bajo donde vivía de okupa

11 feb 2016 . Actualizado a las 07:41 h.

Una viguesa sin trabajo se quedó ayer en la calle por culpa de no poder pagarse un alojamiento. Agentes de la policía hicieron efectiva la orden del juzgado por la cual Geni Alonso Pérez tuvo que desalojar el bajo de Jenaro de la Fuente en la que ha vivido de okupa durante los últimos 18 meses. La dueña del inmueble lo ha puesto a la venta e inició el procedimiento para expulsar a esta mujer que tiene cuatro hijos y uno de ellos a su cargo. Al final, ha podido hacer valer sus derechos como propietaria, hundiendo en la desesperación a esta okupa, que había empezado a rehacer su vida después de sufrir episodios de violencia doméstica y estancias en casas de acogida para mujeres maltratadas. De esta forma, el inmueble tendrá una mejor salida comercial. No es lo mismo ponerlo a la venta vacío que con un okupa dentro. «Hoy duermo en la calle, mañana ya veremos», reconocía ayer, tan solo unas horas después de haber tenido que recoger todas sus pertenencias.

Ahora lo que pide tanto a la Xunta como al Concello es un alquiler social para no verse abocada a no tener un techo. Con un subsidio de desempleo de 426 euros al mes, que finaliza el próximo mes de agosto, se ve incapaz de poder afrontar un alquiler a los precios del mercado. «No quiero que nadie me regale nada, lo que pido es una renta que pueda pagar», manifestaba ayer.

Afirma que, sin embargo, lo que se ha encontrado hasta ahora son las puertas cerradas. «Me fastidia que ganen dinero a mi costa, porque en mi situación de desamparo, los funcionarios con poner mi nombre en una lista ya están ganando dinero», aseguraba ayer. «Creo que la justicia tendría que dar soluciones a las personas que como yo se encuentran desamparadas y tirarles de las orejas a las administraciones», afirma.

Tras divorciarse en el 2007 y pasar diez meses en una casa de acogida, se benefició de un alquiler social en un piso de la calle Camelias. Pero pasados los cinco años se terminó la subvención de la Xunta y tuvo que buscar otra vivienda a un precio mayor. Así fue como encontró un inmueble en la calle Jenaro de la Fuente, donde pagaba un alquiler de 400 euros mensuales, comunidad incluida. Sin embargo, sus ingresos no le permitieron seguir afrontando estas rentas. Se quedó sin trabajo y tuvo que abandonar esa vivienda para meterse de okupa en un bajo del mismo edificio. «Era una casa para las ratas, toda destartalada, la limpié y me metí dentro», explicaba ayer. Allí vivió hasta que el pasado 18 de noviembre, una tarde en la que iba a hacer una tarta, sonó el timbre y se presentó la propietaria, diciéndole que tenía tres días para marcharse. «Le dije que no podía dejarlo en tan poco tiempo y, al final he acabado en la calle, la policía vino a mi casa, tengo que reconocer que los agentes fueron muy correctos conmigo», manifestaba ayer.

La Oficina de Derechos Sociales de Coia se ha hecho eco de su caso. «Eugenia converteuse nunha vítima máis deste sistema que prioriza a propiedade privada e os intereses mercantilistas por riba dos dereitos e as necesidades das persoas», manifestaron ayer portavoces de esta organización. Os Ninguéns y la Red Solidaria Popular también se han puesto de parte de esta vecina. Después de las penurias que ha tenido que pasar, Geni Alonso se congratulaba de que «por lo menos hay gente que me quiere».

Víctima de malos tratos. Geni Alonso vivió 10 meses en un piso de acogida tras sufrir malos tratos de su expareja. Después se benefició cinco años de un alquiler social

Un bajo abandonado. Desde los últimos 18 meses ha sido okupa en un bajo por no poder pagar un alquiler.