Un duelo de perros: «Cachas» absuelto, «Ron» condenado

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

La dueña de un pitbul indemnizará con 11.800 euros a un peatón que fue mordido en la cara por un beagle

01 jun 2016 . Actualizado a las 07:39 h.

Ron fue un pitbul tan feroz en vida que incluso le han condenado después de dejar este mundo. Un alto tribunal acaba de considerar que fue este peligroso can quien inició una pelea con otro chucho, reyerta en la que un viandante que salió a separarlos recibió dos dentelladas en la cara. En realidad, el peatón hasta tuvo suerte porque las mordeduras se las dio Cachas, una pacífica mascota de raza beagle que fue atacada por el fiero Ron en una calle de Vigo. De haber sido el perro de presa, las secuelas estéticas habrían sido más severas.

La primera jueza que examinó el caso de las mordeduras en el 2015 condenó al dueño del tranquilo Cachas a indemnizar a la víctima con 20.900 euros porque fue su can el que mordió. La sentencia de primera instancia número 6 de Vigo concluía que «el pitbul llamado Ron se escapó de la dueña cuando esta abrió la puerta y ella y el demandante salieron detrás del animal, el cual al inicio de una pelea con el perro beagle llamado Cachas, que era paseado por su dueño. La víctima intervino para separar a los animales agarrando al pitbull y, en un momento dado, el beagle le mordió ocasionándole lesiones».

El dueño de Cachas apeló a la Audiencia y alegó que el verdadero culpable de todo el desaguisado era el pitbul Ron, que se escapó sin bozal, atacó a Cachas y montó una trifulca.

El curioso litigio por la riña entre perros llegó a la Sexta Sección de la Audiencia de Pontevedra y el caso dio un giro inesperado. El tribunal echa ahora la culpa a Ron porque fue el que inició la reyerta y revocó la sentencia que consideraba que el perro beagle Cachas era el pendenciero.

Peligroso historial

Ron, de 45 kilos, fue sacrificado poco después de la pelea por su dueña. Ella reconoció en el juicio que tuvo que tomar esa decisión porque el can de presa le creaba muchos problemas y, además, le impusieron varias multas, una de 600 euros. La sala concluye que la dueña conocía la peligrosidad del animal pues había pedido la licencia al Concello. Pese a todo, lo ató con una cadena que no era bastante fuerte una noche en que cenaba en casa con un invitado. El can se soltó y escapó a la vía pública sin ningún control. La pelea era previsible y evitable.

Sostiene la Audiencia que la dueña del pitbul es la responsable y le obliga a indemnizar con 11.842 euros a la víctima, cuantía a la que debe hacer frente su aseguradora. El tribunal entiende que la ama de Ron actuó con «negligencia» y que fue Ron el que provocó la pelea con el otro perro pues se abalanzó sobre él. Al oír el griterío de la pelea, el testigo se metió y salió escaldado. Pero la causa originaria es la inicial agresión protagonizada por el pitbul. La responsabilidad no puede recaer sobre el dueño del beagle porque actuó dentro de la lógica e intentó salvar a su perro y separarlo de Ron.

Otra prueba que tiene en cuenta la Audiencia es que el señor lesionado que presentó la demanda no atribuyó a ninguno de lo canes la mordedura y, en todo caso, eso no es importante porque fue la dueña del pitbull la que «obvió las más elementales precauciones e incluso las normas reglamentarias con la tenencia de animales potencialmente peligrosos, al poseerlo sin la sujeción adecuada». La víctima estuvo 23 días impedida por las lesiones, recibió 16 puntos y le quedaron dos cicatrices faciales.

crónica un recurso de apelación curioso en la audiencia

Juicio por matar a un gato de 8 meses a palos en la calle

La asociación Proyecto Gato informó ayer de que el jueves 2 de junio a las 10.15 horas se celebrará el juicio a un individuo acusado de matar a un gato a palos en la calle Numancia hace casi dos años. Los hechos se remontan al 7 de julio del 2014, cuando, según Proyecto Gato, una vecina llamó «horrorizada» a la policía porque vio que conductor se apeaba de un coche, sacaba del maletero un gato de 8 meses y lo apaleaba en la cabeza mientras decía: «Tú no vas a molestar más».