Un pichichi recién llegado de Serbia

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Strahinia Simic, del Octavio, es el máximo goleador de todas las categorías masculinas de balonmano español

18 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo de Strahinuja Simic ha sido llegar y besar el santo. Lleva dos meses en Vigo, adonde llegó para jugar en el Octavio, y ya acumula varias semanas encabezando la lista de máximos goleadores de todas las categorías masculinas de balonmano. 87 goles en nueve partidos, con una media de 9,67 por choque están detrás de ese logro al que el serbio, que vive su primera experiencia deportiva fuera de su país natal, se empeña en quitar importancia.

«A mí lo que me gusta es ayudar al equipo. Sé que soy el primero porque me lo dicen, pero no le doy importancia, no pienso en eso. Lo que cuenta es ganar partidos», valora este jugador de 23 años, que ansiaba ver mundo gracias a su deporte y que no se lo pensó cuando su manager le comunicó que había sobre la mesa una oferta de los rojillos. «Sabía que era un club con mucha historia, que estuvo mucho tiempo en Asobal, luego en la segunda división y que ahora empieza un proyecto nuevo para volver», señala.

Admirador del balonmano español, llegó a Vigo procedente del HC Radnicki para cumplir un sueño que venía de atrás. «Es un sistema diferente y tenía muchas ganas de conocerlo de cerca. Creo que estoy mejorando como jugador, entendiendo todo mejor poco a poco y cogiendo más experiencia», dice. De hecho, es uno de los veteranos de un equipo «muy joven», destaca. «Solo hay dos o tres jugadores más de más edad que yo. El Octavio ha formado un equipo prácticamente nuevo con mucha juventud y estamos intentando crecer todos juntos. Creo que me toca asumir un poco más de responsabilidad por ser de los mayores aunque yo también sea nuevo», desvela.

Aparte de lo bien que se está integrando en el equipo, menciona a su técnico, Modesto Augusto, como una persona clave para que el serbio haya conseguido ofrecer un rendimiento tan alto en tan poco tiempo y en una competición completamente nueva para él. «Primero es una gran persona, pero es que además es un magnífico técnico también. Trabaja mucho y siempre tiene todo bajo control. Me explica muy bien cada cosa: cómo tengo que atacar, cómo defender... Intento tomar nota y aprender todo lo que puedo».

En el momento de su llegada a Vigo tenía unas nociones básicas de español. Pero en el idioma ha ido mejorando casi al mismo nivel que en su juego. «Ya no tengo problemas con eso. A veces me cuesta todavía un poco hablar, pero ya lo entiendo casi todo», celebra.

Potic y Milosevic, su «familia»

Su familia le animó en su decisión de dar el salto a España. Y además, aunque los echa de menos, ha encontrado a su familia particular en España. «Tengo muy buena relación con Potic y Milosevic, los jugadores serbios del Cangas. Siempre que tengo tiempo me reúno con ellos», confiesa. Otro sueño por cumplir sería alcanzar la categoría en la que militan sus amigos, Asobal.

De momento se centra en seguir haciéndolo lo mejor posible en el Octavio, yendo paso a paso sin descartar nada de cara al futuro. «No sé si vamos a poder luchar por el ascenso a Plata este año. Lo importante es que somos un equipo joven y tenemos que seguir creciendo como equipo. Si no es este año, en los siguientes». Lo más inmediato es su compromiso frente al OAR Coruña, un rival directo al que aventajan en un punto.