Chus Lago lidera la primera expedición femenina al casquete polar de Barnes

L.G.C. VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Estará acompañada de Verónica Romero y Rocío García y recorrerán un trayecto de 200 kilómetros sobre hielo

21 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Describe Chus Lago que lo que les espera en el casquete polar de Barnes, en la isla canadiense de Baffin, es un sitio inhóspito, un territorio casi inexplorado. «Es el segundo lugar más inhóspito de la tierra, espero vientos terribles y temperaturas y sensaciones térmicas muy bajas. He buscado y la media objetiva oscila entre los 20 y los 30 bajo cero». Un escenario terrorífico para la mayoría, pero que para la expedicionaria viguesa y sus dos compañeras, Verónica Romero y Rocío García, es un sueño que se convertirá en realidad en solo unos días.

Hace un año Lago y tres deportistas más se marcharon a Laponia a recorrer 100 kilómetros sobre los lagos helados para concienciar sobre el cambio climático. Esta vez redoblan la apuesta, recorrerán 200 en condiciones extremas y el próximo año incluso se atreverán con un reto mayúsculo sobre la gélida Groenlandia en la expedición que cerrará el círculo de «Compromiso con la tierra». Una iniciativa que a través del deporte pretende recordar al mundo que el cambio climático ya está aquí.

Este jueves Lago y sus compañeras de aventura iniciarán su aventura hacia el casquete polar de Barnes. Tras tomar un buen puñado de vuelos llegarán a Toronto y de allí se desplazarán en un pequeño avión hasta la isla de Baffin, la quinta mayor del planeta cuya temperatura media ronda los 9 grados bajo cero y que les recibirá a alrededor de -35. De la mano de los Inuit, esquimales de las regiones árticas americanas, se desplazarán en motos de nieve hasta el casquete polar de Barnes. La ruta en motonieve les llevará entre cuatro y cinco días atravesando zonas de tundra, pasos de montaña, profundos fiordos y lagos congelados apenas vistos por el ojo humano. Luego, se quedarán solas. Hasta la fecha solo una expedición se ha adentrado en la ruta helada del casquete de Barnes, y Chus, Verónica y Rocío formarán el primer equipo femenino en hollarla.

200 kilómetros sobre hielo

Recorrer en esquís el casquete de Barnes por su ruta más larga, de 200 kilómetros, y superando sus más de 1.000 metros de altura en el punto más alto es el reto que las expedicionarias se han propuesto. «Hay que hacerlo en 20 días máximo. Pueden ser 25 pero sería un riesgo. El casquete polar no se va a derretir, los lagos posiblemente hasta junio tampoco, pero los ríos no se congelan de la misma manera que un lago por la corriente, y por ese río va a llegar la única ayuda que vamos a recibir, que son los Inuit cuando vengan a recogernos», desgranó Chus Lago en la presentación de la expedición, celebrada ayer.

Durante alrededor de tres semanas las tres expedicionarias se enfrentarán a un territorio casi inexplorado y en condiciones extremas que las pondrá a prueba. «Siendo conservadoras, intentaremos hacer 10 kilómetros por día, pero los primeros días es cuesta arriba y podríamos no alcanzar esa meta», aclaró Chus, que está preparada para vivir una nueva aventura en la que la parte mental será casi tan importante como la física.

El material mínimo y los cuidados máximos

Durante los dos últimos años Chus Lago y sus compañeras ?Rocío García Orta se sumó más tarde? se han estado preparando a conciencia para el reto de recorrer 1.000 kilómetros de hielo en estas tres expediciones. Duras sesiones de arrastres, esquí de carretera, pesas, una dieta sin gluten y rica en nutrientes y sueño reparador han sido algunas de las claves de una puesta a punto sin la cuál no podrían seguir adelante, y que ni siquiera es suficiente garantía para lo que está a punto de afrontar. «Tenemos que tener cuidado de nosotras mismas y de las demás, de no tener congelaciones. Rocío dice que su circulación no es muy buena», y por ello extremarán las precauciones, cuenta Chus Lago.

Experiencias anteriores han permitido a la viguesa hilar más fino esta vez, y por ello ha priorizado la ligereza a la hora de organizar los enseres. Esquís con fijaciones especiales, botas especiales, ropa específica, varias capas de guantes, unas manoplas para trabajar y otras para caminar, trineos muy ligeros, de dos kilos, y uno de mayor envergadura por si surge algún problema, raciones de comida justa y el combustible también contado, serán todo el material del que se servirán en el casquete de Barnes, donde contarán con un teléfono satélite.

«Allí no lo vamos a pasar muy bien», dice Lago adelantándose a lo que las espera «tenemos que tener mucha fe, mucha ilusión y mucha atención al recorrido que nos espera». Sin embargo, tanto ella como las otras dos polaristas están deseosas de iniciar lo que Verónica define como «un sueño». Para Chus será una forma de poner el deporte al servicio del medio ambiente.