Paloma se atreve con Minnesota

VIGO

CEDIDA

La baloncestista viguesa, canterana del Celta, cambiará León por Estados Unidos el próximo curso

23 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya desde niña, Paloma González (Vigo, 1999) tenía una especie de fijación por Estados Unidos. Y por el baloncesto. Se veía jugando allí y así va a ser. La canterana del Celta, que el pasado verano hizo las maletas para marcharse al Aros de León, cruzará el charco dentro de unos meses para irse mucho más lejos: jugará en la Big Ten Conference con el Minnesota Gophers la próxima temporada.

Pese a que verá cumplido ese sueño infantil, lo cierto es que a lo largo de este año se había convencido a sí misma de seguir en España. «De pequeña me imaginaba ahí, pero claro, sin saber muy bien de lo que estaba hablando», dice. Así que a medida que se acercaba el momento de entrar en la etapa universitaria ella se iba cerrando a esa opción. Sobre todo este año en León. «A raíz de lo cómoda que estoy empecé a pensar que podía llegar al nivel de Liga femenina 1 y tener cierto protagonismo en España, algo que antes no creía que pudiera conseguir», señala.

Pero la insistencia fue tal que accedió a viajar a Estados Unidos para conocer a las tres universidades que más le atraían de las que se habían interesado en González. «La compañía que me lleva, PassionHoops -que asesora a jugadoras para dar el salto a Estados Unidos-, me organizó el viaje para conocer esas universidades. Una vez allí me di cuenta de que para dejar escapar una oportunidad así había que estar loca».

A mediados de febrero emprendió el viaje con sus padres. Se enamoró de Massachusetts, donde se sintió «como en familia», y se vio algo sobrepasada por Michigan, que «no es que intimidara, pero de tan grande daba una sensación de exigencia y de poco familiar» que no le gustó. Así que eligió Minnesota. «Me habían dicho que la primera impacta más porque nunca has visto nada parecido. Y así fue. Pero también me advirtieron de que la elección debía ser en base a lo que yo busque en el futuro. Y a mí me gustaría ser alguien aquí o allí y en Massachusetts no iba a tener esa oportunidad».

A su regreso a España se dio un tiempo para reflexionar y elegir. En caliente tuvo un momento de rechazo que al final fue fugaz. «Estaba cansadísima de tanto viaje. Les decía a mis padres que no aguantaba allí, que era feísimo todo y que me quería ir. Pero no me daba cuenta de lo que estaba diciendo», reconsidera. En el fondo, «sabía que Minnesota tenía que ser la elegida».

Asume que le esperan «años duros», pero se muestra convencida de «aprovecharlos al máximo». «A nivel deportivo es un cambio grande. Son chicas universitarias, pero me atrevería a decir que con nivel de Liga 1 en España. Tienen el físico, el talento, y les enseñan desde pequeñas», describe. Por eso sabe que tendrá que «trabajar y trabajar» para ganarse un puesto. Cree que el salto intermedio a León, aunque el que le espera sea mucho más grande, le servirá de ayuda.

Su marcha es por los cuatro años que dura una carrera que aún no ha decidido cuál será. «Los dos primeros cursos son comunes. Sea la que sea, voy a tener que estudiar mucho: si no hay buenas notas, te mandan al banquillo».