Hora de sacarse la espina del 2005

Lorena García Calvo
Lorena García Calvo VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Jorge, Abraham y Millos, que se quedaron a las puertas de ascender con el Rápido, confían en que esta vez será la vencida

18 jun 2017 . Actualizado a las 16:57 h.

«¡Por supuesto que este Rápido puede ascender!», proclama sin género de dudas Abraham Sánchez poniendo voz al pensamiento que comparte con Jorge Fernández y Javi Millos. Los tres formaban parte, hace una docena de años, del Bouzas que sorprendió alcanzando la eliminatoria final de la fase de ascenso a Segunda B. Ese fue el último intento de los vigueses de escalar de categoría y su resolución no fue la ansiada. Quizás por eso los tres confían en que los hombres de Patxi Salinas arranquen ahora la espina clavada desde entonces.

Aquel Rápido del 2005 comparte con el actual el factor sorpresa. «Cuando comenzamos la temporada nuestro objetivo no era ascender, pero la liga se nos fue dando muy bien, acabamos siendo campeones y una vez que llegas tan lejos, pues te ilusionas y vas a por el premio gordo», recuerda Jorge Fernández. Sin embargo, lo que estaba destinado a ser una fiesta, acabó en tristeza. Como campeón, aquel equipo al que dio fondo y forma Josiño Abalde tuvo que afrontar dos eliminatorias. «¡Imaxina, se fose co actual formato, xa teríamos ascendido»!, dice Javi Millos al echar la vista atrás. En la primera ronda los vigueses habían empatado 0-0 en Langreo y ganaron 2-0 en un Pujales cuyo aforo se quedó pequeño. El segundo y último escollo que se encontraron fue el Móstoles, y tras un 1-1 en la ida en Madrid, la vuelta se saldó con un 2-2 que echó por tierra los sueños boucenses.

«Fue un cúmulo de despropósitos. En la ida podíamos haber ganado, pero nos habían expulsado a uno y tuvimos un penalti al final y lo fallamos», describe Jorge. Y la vuelta fue más sangrante. «Nosotros, que casi no habíamos perdido ningún partido en casa, nos encontramos a los 20 minutos con un 0-2 en contra, a los 25 tuvimos un expulsado y en los últimos veinte minutos apretamos tanto que conseguimos empatar en el minuto 87». Pero ahí no quedaba todo. «En la prolongación marcamos un gol y nos lo anularon». Un chasco.

«Realmente foi mala sorte, moi mala. Todo o que podía saír mal, saíu; eu incluso xogara dende o minuto cinco cun ollo á virulé por culpa dun codazo», añade Javi Millos. Pero a pesar del disgusto, los tres guardan un recuerdo inmejorable de aquella temporada y de la experiencia. «Fora un ano espectacular sobre todo porque había un grupo incrible no vestiario, iso axudou moito a facer unha tempada tan boa», prosigue Millos.

Cuando repasan las plantillas de aquel Rápido campeón de liga y del que hoy lidera Patxi Salinas, los tres reparan en que el actual es más joven. «El nuestro era un equipo más veterano, gente como Pujales, el centrocampista Jose, Jorge», enumera Abraham. «Tamén xogabamos de xeito distinto, nós apostabamos por unha defensa de cinco con laterais carrileiros. Eu acabara a tempada con oito ou nove goles», recuerda Javi con asombro. Y aunque el desenlace del año no fue el deseado, el defensa no puede evitar guardar un gran recuerdo. «Creo que fixeramos todo o que estivera nas nosas mans, só que non nos chegou».

Consejos para sus sucesores

De todo se aprende, coinciden Jorge, Javi y Abraham, que aunque no tienen recetas mágicas, sí dejan algunos consejos para sus sucesores. «Les he visto y son un equipo muy bien plantado. Patxi los ha trabajado muy bien y ahora ya va el cuerpo solo, lo único que necesitan es estar tranquilos», dice Jorge Fernández.

«Que nunca bajen la cabeza. Nosotros en la vuelta perdíamos 0-2 a los veinte minutos y casi remontamos», puntualiza Abraham, «así que ellos que piensen en positivo y que recuerden que en la ida incluso un empate puede ser bueno, todo se decide en la vuelta». Millos, que conoce bien a Salinas y confía plenamente en su capacidad para inculcar a sus jugadores la dosis de intensidad justa, piensa en la presión como un concepto en positivo. «Que saian tranquilos, sen obsesionarse e pensando que teñen dous partidos, pero un xogador que sae a un campo de fútbol sen presión, é mellor que marche á casa a xogar ás cartas. Hai que ter esa presión positiva, e Patxi saberá como inculcárllela». Ante el Peralada el Rápido puede alcanzar el sueño que le quedó pendiente a Javi, Jorge, Abraham y sus compañeros.