Diseñan un sensor para detectar a víctimas de catástrofes sepultadas

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

VIGO

Cedida

Europa premia la idea de Gradiant, que mide la frecuencia respiratoria

09 nov 2017 . Actualizado a las 18:32 h.

Salvar vidas. Ese es el objetivo que se ha fijado el Departamento de Comunicación Avanzada de Gradiant que dirige Jorge Munir a la hora de desarrollar Alivetor, que es como han bautizado el proyecto. Se trata de un sensor que mide la frecuencia respiratoria y que, instalado a bordo de un vehículo aéreo no tripulado (dron) y comunicado por satélite, puede detectar víctimas de catástrofes que permanezcan bajo tierra o atrapadas en los escombros de un edificio. La idea ha conseguido uno de los tres premios especiales del Concurso Europeo de Navegación por Satélite que se entregaron el martes en Tallín en la Semana Europea del Espacio que organiza la Comisión Europea.

Jorge Munir explica desde la capital de Estonia, donde se desplazó el día 4 con el otro ideólogo de la iniciativa, el ingeniero Pablo González, que llevan meses trabajando en el proyecto y que «los resultados de las pruebas que hemos realizado hasta la fecha confirman que vamos por buen camino». Señala que dichas pruebas piloto han revelado que el sistema funciona en el caso de personas sepultadas bajo cascotes, ladrillos, cemento, madera y otros elementos habitualmente utilizados en construcción. A través de su conexión satelital transmite la ubicación exacta de los datos que obtiene.

Donde ya saben que no funciona es en el agua. «Cosa distinta es la nieve, ya que tiene una composición diferente al agua. Será uno de los próximos elementos con los que probemos, ya que pretendemos que el sensor pueda servir también como una herramienta más de ayuda en rescates en montaña», afirma Jorge Munir.

Lo han testado en escenarios relativamente superficiales, de no más de medio metro de profundidad, aunque anticipa que apenas están en el principio, y que el premio les permitirá avanzar más deprisa y a diferentes grados de profundidad. Gracias al galardón, podrán participar en un programa de aceleración que la Zona Franca diseñará especialmente a su medida, además de alojarse en alguno de los viveros de empresa de la entidad. Y es que el Consorcio vigués es el encargado de organizar el concurso en la fase regional, en este caso en Galicia. Los ganadores de las distintas regiones europeas compiten luego por hacerse un hueco entre los 10 mejores. «Llegar al top ten ya es mucho», reconoce Munir, que no oculta su satisfacción por terminar a la postre entre los tres primeros. «La Comunidad Europea y la Zona Franca nos van a proporcionar ahora un soporte impagable para seguir trabajando, porque también participamos en una aceleradora internacional desde Porto do Molle».

Confían en que dicho soporte les permita poner cuanto antes el producto en el mercado. «Nos ayudarán a contactar con los usuarios finales, esto es, con las empresas que trabajan con equipos de rescate y emergencia y nos proporcionarán asesoramiento para pulir el enfoque del producto».

Jorge Munir explica que a diferencia de los sistemas de búsqueda que se emplean en la actualidad, que lo que hacen es detectar objetos o calor, «el Alivetor en lo que se centra es en la frecuencia respiratoria. Es un detector de vida». El jurado del concurso destacó que el sistema que desarrollan los investigadores de Gradiant permitirá reducir los tiempos de búsqueda de personas con vida después de una catástrofe, algo fundamental para minimizar el número de víctimas mortales.

El sensor, que lleva incorporadas dos pequeñas antenas, puede incorporarse prácticamente a cualquier dron, ya que, según señala Munir, «apenas pesa 200 gramos y cabe en la palma de la mano».

Tecnología de radiofrecuencia para monitorizar presos o personas dependientes

El equipo del Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Galicia, Gradiant, que dirige Jorge Munir lleva tiempo trabajando en el desarrollo de un dispositivo que, a través de ondas electromagnéticas, monitoriza el movimiento de personas en lugares cerrados. Ha sido precisamente este trabajo (proyecto Lifesensor) el que ha servido de base a los investigadores para ir un paso más allá, en este caso detectando además la respiración. «El Lifesensor está ya muy cerca de llegar al mercado», afirma Munir.

Cuentan para ello con una empresa del Reino Unido que se ha interesado por el proyecto y por las oportunidades de negocio que puede ofrecer. «Ya se están haciendo pruebas con clientes finales en varios sectores», añade Munir.

En concreto se está testando en cárceles, centros médicos y geriátricos. «Es una herramienta muy útil para mantener permanentemente vigilados a presos en celdas de aislamiento», asegura el responsable de Gradiant, que dice que si bien no es el caso de las prisiones españolas, en otros países se produce un número no menor de muertes de reos en las citadas celdas. «El dispositivo detecta cualquier movimiento, por pequeño que sea, de forma que si durante un tiempo nada se mueve puede acudir el vigilante, que no tendrá que estar allí de forma permanente».

Otro tanto puede ocurrir en el caso de personas dependientes o en el de pacientes de hospitales psiquiátricos, en los que no suele ser aconsejable tener cableado por el medio o simplemente se lo arrancan, ya que la tecnología de radiofrecuencia que emplea el sistema tiene un alcance de hasta seis metros y traspasa no solo las paredes, sino también la ropa de cama, cosa que no consiguen las cámaras de vigilancia habituales.