La energía solar se extiende por las naves frigoríficas de la ría de Vigo

a.pascual VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Una instalación de 100 kilovatios cuesta 70.000 euros y se amortiza en cinco años

04 ago 2023 . Actualizado a las 00:22 h.

El tradicional sector pesquero tiene un extensísimo recorrido por delante a fin de adaptar sus actividades a las políticas europeas que reclaman que sean más sostenibles. Costará, pero las industrias conserveras y frigoríficas de Vigo dan sus primeros pasos. Grupo Pereira, Fandicosta, Casa Botas, Mascato, Frioya o Galiciamar han colmado los tejados de sus fábricas de placas solares, a fin de aligerar la factura de electricidad. Nutrirse de energía verde también les permite avanzar en el reto de descarbonizar su actividad. «Una instalación de unos 100 kilovatios ronda los 70.000 euros. Si se plantea sin subvenciones, costará entre cinco y seis años amortizar la inversión», explica José María Fariña, director de Voltfer, empresa energética del Grupo Alvariño. De contar con ayudas, se recuperaría en tres o cuatro años.

La planta de Grupo Pereira en la avenida de Beiramar es la última en sumarse a la lista de pesqueras abonadas a la energía solar para limitar su dependencia de las fluctuaciones del mercado eléctrico. Han dispuesto 641 placas solares que se suman a las 641 que tienen instaladas en el congelador de Pazos de Borbén. Así la pesquera que dirige José Enrique Pereira se autoabastece con una producción de más de 805.000 kilovatios, que cubren el 20 % de las necesidades de consumo.

«La principal limitación es el espacio en cubierta», apunta José María Fariña. No hay excedente, como podría ocurrir en viviendas particulares, porque la naturaleza de los frigoríficos es meramente energética. Mascato, por ejemplo, en Salvaterra de Miño tira de 779 paneles con los que la emisión de gases de efecto invernadero de 97 toneladas de dióxido de carbono al año. También lo es la de las conserveras, y es que Cerqueira, Friscos o Cermar también han cubierto sus tejados con placas fotovoltaicas y fomentar el autoconsumo.

El grupo Eidf, por su parte, lideró la instalación de placas en las cubiertas de Nueva Pescanova, en Chapela. Dispusieron 2.766 módulos con los que reducen en un 14 % su factura anual y ahorran 112 toneladas de petróleo al aminorar el impacto ambiental. «Es el equilvalente a haber plantado 44.400 árboles en esta obra», compara la empresa dirigida por Fernando Romero.

Lonja

Al margen del plano industrial, pero centrado en el ámbito pesquero, el Puerto de Vigo ha sembrado el tejado de la lonja de paneles fotovoltaicos. Cubrieron el año pasado unos 800 metros cuadrados y la potencia de la instalación es de 147 kilovatios.

La firma Voltfer ya ha alcanzado los 12.000 paneles solares dedicados al sector del mar, con un importante bum en los últimos ejercicios, influidos por la crisis energética derivada de la invasión rusa en Ucrania a comienzos del año pasado. «En el 2022 no dejamos de trabajar, de recibir pedidos», coincide el director de Voltfer. Así duplicaron su facturación con respecto al 2021 y la situaron en los 4 millones de euros.