El creador de los grandes espacios culturales vigueses

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

Buena parte de los edificios públicos más relevantes de los últimos años en la ciudad llevan la firma del arquitecto César Portela

23 sep 2023 . Actualizado a las 22:52 h.

Posiblemente sea el arquitecto gallego vivo más importante y su obra tiene gran presencia en el área de influencia de Vigo. César Portela (Pontevedra, 1937) fue reconocido hace pocos meses con la Medalla de Oro de la Arquitectura, lo que quiere decir que su trayectoria ha sido premiada por sus compañeros de profesión, ya que es ese un galardón que otorga el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España. El jurado destacó la solidez de la carrera profesional del arquitecto gallego, «que supera su ámbito natal para proyectarse internacionalmente».

En Vigo, César Portela está muy bien representado, especialmente en el ámbito de la obra pública. Quizá su construcción más relevante sea el Museo do Mar de Galicia (1993-2003), un anteproyecto del arquitecto italiano Aldo Rossi que asumió completamente Portela a la muerte del arquitecto italiano. El conjunto «se configura como un cabo, mitad naturaleza, mitad artificio, en este paradigmático lugar del borde litoral, próximo a la ciudad de Vigo, que incorpora la Ría como una parte más del proyecto, sin duda la más importante», explica la página personal del creador.

En el 2008, el arquitecto pontevedrés proyectó otro de los grandes edificios públicos de la ciudad, el auditorio Mar de Vigo. Quiso conjugar en esa ocasión la actividad interior con el puerto que se sitúa delante a través de las grandes vidrieras características del conjunto. Dentro se pueden contemplar esculturas de Paco Leiro, Manolo Paz y Sergio Portela, hijo del arquitecto y cuyas piezas están presentes en otros proyectos de su padre.

La tríada de espacios culturales la completa el Verbum, esa Casa das Palabras que imaginó cuando era concejal de Cultura Carlos González Príncipe, pero que pereció por desnutrición al poco tiempo. Pizarra, acero y cristal fueron los elementos principales que conjugó el arquitecto pontevedrés para conseguir funcionalidad sin perder un ápice de estética. «La arquitectura de la Casa das Palabras es una arquitectura rompedora, reflejo fiel del esfuerzo del hombre por crear un espacio confortable y bello», explicaba en 2003, año de su apertura, César Portela acerca de esta obra.

En el ámbito cultural, el arquitecto protagonista de esta ruta por el patrimonio también dejó una obra de rehabilitación inconclusa y, sobre todo, inapreciable para casi todo el mundo. Se trata del Cine Fraga. La crisis del ladrillo se llevó por delante este edificio que estaba llamado a ser el contenedor cultural de la desaparecida Caixa Galicia. Ahora pertenece a Abanca, pero ya no le encuentra utilidad.

«Hemos tratado de respetar y aprovechar las virtudes y los valores de todo tipo, que el actual Aeropuerto de Peinador ofrece, tales como su escala humana, sus proporciones espaciales o su acertada relación tierra-aire ?todos ellos causa de la familiaridad con que los usuarios se mueven por esta terminal?, añadiendo luz, color, confort, claridad, racionalidad y belleza con la nueva actuación», explica la web de Portela para referirse a la nueva terminal del aeropuerto de Peinador.

Relacionado con las comunicaciones está el edificio que acoge las reuniones de la Autoridad Portuaria de Vigo, en el muelle de trasatlánticos. Fue construido en 1986 para ser el edificio base del buque cablero que operaba en Vigo.

La obra pública de César Portela en Vigo también está presente en el campus universitario. En el año 2001, junto con los arquitectos Gabriel Santos Zas y César Padrón Conde, afrontó la construcción de la Escuela Superior de Ingeniería de Minas y la ampliación de la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones. El conjunto, situado en una pendiente, resuelve satisfactoriamente los objetivos funcionales. De comienzos del siglo actual, época más fructífera en Vigo del arquitecto, también es el proyecto de la residencia geriátrica de Barreiro.

En Redondela, César Portela asumió la rehabilitación de las instalaciones de las islas de San Simón y San Antón. «A lo largo de esta obra he ido tomando conciencia de que la verdadera función de la arquitectura no es tanto protegernos de las inclemencias físicas, que también, como salvaguardarnos de la intemperie cultural y moral que constantemente nos acecha», explica el autor de esta rehabilitación, aunque bien valdría la explicación para extenderla a toda su obra. «El resultado es una arquitectura escueta, sobria, silenciosa, al margen de estilos y de modas, que busca configurar unos espacios para ser disfrutados y no consumidos, que cada mañana se enciende con la luz natural y cada atardecer se apaga con las sombras», dice para que el usuario entienda mejor lo que quiso hacer en los islotes redondelanos.

Esas mismas premisas marcaron la restauración realizada por el arquitecto pontevedrés en el castillo de Soutomaior, un reto complicado por lo que supone actuar sobre un edificio medieval. En Cangas también tiene obra César Portela. Ya hace unos años levantó un grupo de viviendas sociales en A Choupana, así como también es el autor de la Casa da Cultura, situada a la playa de Rodeira, construida a mediados de los años ochenta con apariencia austera.

«Me propuse que la imagen edificatoria fuera la fiel expresión de sus contenidos y se nos apareciera como un producto tecnológico vanguardista, de formas puras, escuetas y elegantes que, emulando los productos de la industria automovilística, alcanzara un alto nivel de calidad y de seguridad sin renunciar por ello al confort y a la belleza», dice César Portela del Centro Tecnológico del Automóvil en O Porriño.