Francisco Asorey, el artista que esculpió la muerte acechante

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO

El escultor cambadés dejó varias obras en Vigo y localidades de su área metropolitana

03 dic 2023 . Actualizado a las 00:29 h.

Francisco Asorey (Cambados 1889-Compostela, 1961) dejó huella en la escultura española del siglo XX. Hay quien lo califica como el gran innovador de este género artístico en la primera mitad de la pasada centuria. En cualquier caso, su obra sigue siendo admirada hoy en día y, en Vigo, Cangas, Ponteareas y Mondariz, se pueden encontrar algunos de sus trabajos públicos. Los biógrafos y estudiosos del escultor cambadés hablan de su clasicismo inicial y una ruptura cuando conoció la escultura de Rodin. A partir de ahí, y ya establecido en Santiago de Compostela, el artista evolucionó su visión de la talla, pero siempre desde el apego temático a su tierra.

A finales de 1915, se fundieron en los talleres de José Fernández Landín, en Vigo, dos lápidas de bronce destinadas a recordar a José Ramón e Isidoro Bugallal en Ponteareas. En ambos casos, portan los retratos de los dos políticos.

Cinco años más tarde, «o escultor da raza» abordó un encargo del fotógrafo y cinematógrafo José Gil para realizar en el cementerio de Pereiró el mausoleo de su hija, Marujita Gil. La joven había fallecido en 1918 de tuberculosis. Asorey realizó un conjunto impactante ya que sitúa a una virginal joven acechada por la muerte. El artista combinó el mármol, para la joven, el bronce para la guadaña de la muerte, y la piedra para el resto del conjunto. En 1922 y en 1924 fallecieron, respectivamente, las otras dos hijas de José Gil, Rosita y Pepita, de la misma enfermedad. El mausoleo se vio entonces completado con una lápida, realizada por Camilo Nogueira, en la que se puede leer la desesperación de Gil y su esposa. «Erais como tres rosales donde florecían las tres únicas rosas de nuestra ilusión que erais vosotras. Hubo tres días amargos con tres horas de viento maldito que os arrebataron para siempre. Triste vida la nuestra desde entonces. Pero Dios volverá a unirnos con vuestras almitas virginales donde las rosas de santidad no mueren nunca. Vuestros padres», reza la placa, a los pies del conjunto escultórico.

En 1924, Asorey realiza el homenaje escultórico a José Félix Soage, que se encuentra en la alameda vieja de Cangas. El protagonista fue un marinero cangués que emigró a América e hizo allí dinero. Soage no se olvidó de su tierra e hizo donaciones para varias obras en su villa natal, como es el caso de la plaza de abastos. Asorey aborda el tema de una forma esquemática y combinando la piedra y el bronce. El busto de Soage se sustenta sobre una pieza que representa un barco. En el frontal se sitúa un marinero apoyado sobre un remo. Presenta la inscripción: «Cangas al filántropo José F. Soage Villarino MCMXXIV». El homenajeado falleció en Buenos Aires casi al mismo tiempo que se inauguraba el monumento encargado por el Concello de Cangas.

Al año siguiente, el escultor de Cambados firmaba el monumento al médico Maximino Rodríguez Fornos, situado en los jardines situados ante la iglesia de Mondariz. Se alzó, a través de una suscripción popular, un monumento de granito y bronce. La escena está compuesta por el médico y los familiares de la mujer a la que atendió durante un parto en el que el Maximino Rodríguez contrajo una septicemia que le provocó la muerte. En la parte posterior del conjunto está grabado: «Al doctor Maximino Rodríguez Fornos. Homenaje de los hijos de Mondariz residentes en la República Argentina año 1924». En 1925 moría en Vigo Ricardo Mella, un intelectual libertario que, entre muchas actividades, llegó a ser director gerente de la compañía de tranvías de Vigo. Asorey acometió un monumento en su honor que fue inaugurado en el cementerio de Pereiró en 1926. El busto del intelectual está hecho en bronce y se sustenta sobre un pilar de granito.

García Barbón

El 28 de septiembre de 1927, los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia asistían a la inauguración del monumento a José García Barbón en la calle homónima de Vigo. Se situó contra el muro que sostiene la calle de Alfonso XIII, aunque en la actualidad está situado en la rotonda de Isaac Peral con García Barbón.

La figura del acaudalado verinés fue realizada por Asorey en bronce, mientras que en el resto del conjunto empleó distintos tipos de granito. En la parte superior se sitúa una representación de Mercurio, el dios romano del comercio.

En 1928, el personaje esculpido por Asorey fue Eduardo Cabello, el ingeniero que transformó el puerto de Vigo. Este monumento, hoy en día situado en la alameda nueva de Bouzas, está realizado en granito, salvo el escudo anexo a la rotulación de la avenida, que fue realizado en bronce. Es una figura simbólica, en la que se entremezcla el medio marino y la construcción humana. Se trata de un tritón que lleva un ancla y sujeta la lápida con el nombre de la calle.

A mediados de los años treinta, Asorey realiza, por encargado de emigrantes guardeses en Argentina, un relieve de bronce de Manuel Lomba Peña, que está en la cima del Trega, en A Guarda.

El cementerio de Pereiró todavía guarda otra obra de Francisco Asorey, aunque en este caso ya es de una etapa tan avanzada en su trayectoria como es mediados de los años cincuenta. Se trata del busto del doctor Cesáreo Corbal, «el médico de los pobres», como fue conocido por su labor altruista. El busto está realizado en bronce. Y la única pieza religiosa hecha por Asorey existente en el sur de la provincia se encuentra en la iglesia de Maceira, en Covelo. Se trata de una Sagrada familia realizada en madera policromada. Es un conjunto muy clásico.