De dormir en la calle a empleado del año en Povisa: «No vine a depender de nadie»

alejandro martínez VIGO / LA VOZVIGO / LA VOZ

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XOAN CARLOS GIL

El sueño hecho realidad de Ballesteros: un trabajo fijo y ayudar a su familia en Venezuela gracias a la formación recibida en la Cruz Roja

22 dic 2023 . Actualizado a las 22:29 h.

El venezolano Jonathan José Ballesteros Gómez (Maracaibo, 1989) tomó hace cuatro años la difícil decisión de dejar su país para buscar en el nuestro una mejor calidad de vida. Militar de la Guardia Nacional Venezolana por vocación, se vio obligado a abandonar Venezuela al enfrentarse a la corrupción y mala administración del régimen autoritario de Nicolás Maduro. Hoy en día, puede decir que el esfuerzo ha merecido la pena. Es uno de los casos de éxito de los programas de inserción laboral de la Cruz Roja. Uno de los cursos de formación que realizó en las dependencias de la calle Teófilo Llorente, de logística, le dio el pase para hacer prácticas en el Hospital Povisa. Tras quince días de prueba, optó a un contrato de seis meses para cubrir una baja y después le hicieron fijo.

Ahora ayuda a su familia y confía en que, en un futuro, podrá traer a sus hijos. Pero fueron muchos los momentos difíciles que tuvo que pasar hasta conseguir estabilizarse. Aterrizó en Madrid en diciembre de 2019 con el dinero justo para pasar unas semanas. «Llegas adonde nadie te invitó ni te está esperando. Ves que estás solo y que no cuentas con nadie y te sientes a contrarreloj porque lo poco que tienes te alcanza para un mes. Necesitas una fuente de ingresos para poder subsistir, pero no puedes trabajar porque no tienes permiso. Es un choque muy fuerte», asegura.

Los primeros meses pasaron entre Madrid y Andalucía sin encontrar un empleo estable, pese a que no dejó de buscar y entregar currículos en las empresas. En Madrid unos amigos le ofrecieron un techo, pero como no encontraba trabajo para poder ayudar a su familia, renunció a esa estabilidad. «No es mi forma de ser. No me sentía bien en esa situación. No vine a depender de nadie», afirma.

Durante una época dormía en la calle, dado que no contaba con dinero para pagar una habitación. No fueron momentos fáciles, pero se animaba pensando que había dormido en peores condiciones siendo militar. «Me levantaba a las cinco de la mañana y me iba a trabajar», recuerda. En el hospital de la Macarena de Sevilla encontraba cobijo cuando llovía, «pero cuando no, mi techo eran las estrellas», recuerda. A Vigo llegó a principios de 2021 atraído por una oferta de trabajo, pero tampoco le garantizaba la independencia económica que estaba buscando. En la ciudad olívica acudió a la Cruz Roja, donde comenzó a hacer cursos, de prevención de riesgos laborales, de carretillero y el de logística.

Esta entidad ha finalizado este año el período del Programa Operativo de Inclusión Social y Economía Social desarrollado entre noviembre de 2019 y agosto de 2023, cofinanciado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social y el Fondo Social Europeo, durante el cual se ha podido atender a más de 4.000 personas en la provincia, de las que 2.600 han logrado un puesto de trabajo, lo que significa que el 70% de las personas participantes se han insertado laboralmente. Solo en las comarcas de Vigo y O Condado atendieron a 1.200 personas. Ballesteros es uno de los beneficiarios. «Ha sido una dura travesia salir de tu pais y llegar a un sitio que no conoces de nada, pero das con personas tan maravillosas que hacen que lo amargo se convierta en miel. En Vigo he conseguido amigos a los que quiero como si fueran parte de mi familia. Muchos lugares se parecen a mi país y me siento muy feliz de estar aquí», confiesa. Su tesón en el trabajo le hizo merecedor del reconocimiento de la plantilla con un premio al mejor empleado de Povisa el año pasado. Afirma sentirse muy a gusto en su trabajo. «No lo veo como un trabajo, es mi segunda casa», dice.