El Archivo Diocesano de Santiago culmina un catálogo y prepara el acceso en internet al legado de Salvador Ares
19 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Salvador Luís Ares Espada vivió parte de su vida pegado a una cámara fotográfica. Se la puso al cuello cuando ya ordenado sacerdote fue nombrado a comienzos de los años setenta delegado de la Comisión Diocesana de Arte Sacra de la diócesis compostelana. Se marcó el reto de inventariar fotográficamente todos los bienes artísticos de las 1.070 parroquias dependientes de la catedral de Santiago, desde Abegondo hasta O Morrazo. Vistas exteriores de los templos, su distribución interior, retablos, imaginería y ajuar litúrgico motivaron el peinado que hizo de todas las parroquias y que quedó plasmado en 35.000 negativos.
Parte de ellos acaban de ver la luz en un catálogo confeccionado por el Archivo Histórico Diocesano centrado en las parroquias de la provincia de Pontevedra y que contó con la subvención de la Diputación pontevedresa.
La colegiata de Cangas, la iglesia de San Martiño de Moaña, el interior de ambas, las coronas de San Martiño de Bueu o el templo marinense de Ardán integran la colección de Pontevedra Revelada con la que Ares Espada reportajeó los bienes parroquiales. Del objetivo inicial de conformar un puro inventario, el sacerdote y profesor del Instituto Teológico Compostelano y de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Santiago pasó a recoger también la vida de la sociedad gallega en una época de transición política y social.
Miles de sus fotografías ya han sido escaneadas, tratadas y digitalizadas, pero aún resta gestionar una buena parte del legado del profesor Salvador Ares, para que una vez culminada pueda ser accesible para su consulta en internet, tal y como pretende el Archivo Histórico Diocesano de Santiago.
En el catálogo recién culminado de los bienes parroquiales de la provincia de Pontevedra sus coordinadores señalan que «en esta publicación se traspone el trabajo registral del profesor Ares Espada transitando hacia el arte fotográfico a través del documentalismo y del enfoque nítido».
«Todo es tan cotidiano, y todo tan trascendente, eco de un tiempo ni mejor ni peor, tiempo nuestro, de los que fueron y de los que somos hijos e hijas de una esperanza que no decae», explica en el prólogo de la recopilación fotográfica el Arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto Fernández.