Otros 48 kilos de cocaína incautados en el puerto de Vigo con un origen inusual: Costa Rica

Javier Romero Doniz
Javier ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO

PUERTO DE VIGO | EUROPAPRESS

El contenedor hizo escala en Tánger a finales de enero antes de viajar a Guixar y localizar la droga el mes pasado

10 mar 2024 . Actualizado a las 21:56 h.

El último alijo de cocaína decomisado en Vigo pesó 48 kilos. Se incautó en febrero tras zarpar de Costa Rica a principios de enero, hacer escala en Tánger a finales de ese mes y viajar hasta Vigo para recalar en el muelle de Guixar. El contenedor contaminado se incluyó por las unidades policiales especializadas en analizar riesgos en un grupo con más contenedores susceptibles de incluir portes ilícitos. A mayores, informan en la investigación judicializada en Vigo, Vigilancia Aduanera tenía datos certeros sobre este contenedor en concreto y la cocaína oculta que almacenaba. La información era certera.

Los 48 kilos fueron requisados y la investigación iniciada entonces —compartida entre la Guardia Civil, Vigilancia Aduanera y la Policía Nacional— parece que no tendrá recorrido tras un mes de pesquisas. Pero este porte, considerado pequeño en comparación con el pesaje de otros requisados en Vigo, aunque con un valor de mercado de 900.000 euros en Galicia, implica una ruta de origen inusual. Tanto es así que la hemeroteca no recoge ningún decomiso de cocaína en el puerto de Vigo procedente de Costa Rica. Sí en el de Marín, en el 2013 con un peso de 120 kilos, y en el 2014 con un peso 54 kilos.

El puerto de origen del contenedor era Costa Rica, un país que ni mucho menos está entre los considerados calientes de Sudamérica y Centroamérica. Es más, su ubicación en Centroamérica lo sitúa alejado de los países productores y distribuidores de esta droga en el continente —Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil o Venezuela—. Esto hecho implica que esa droga viajó por el interior del continente hasta Costa Rica, o por mar, para luego ser introducido en el contenedor enviado a Vigo con una escala previa en el norte de África. Este patrón de transporte, cambiando Costa Rica por Panamá, ya se vio a finales de diciembre también en Vigo. El alijo sacado de circulación entonces pesaba 500 kilos, y su destino final era Amberes; el puerto más activo en narcotráfico de Europa, bastante por encima de Algeciras.

Pero Panamá, como Costa Rica, no son país que figuren en la lista de proveedores principales. Más bien se utilizan para despistar a las unidades policiales que analizan el riesgo que entraña cada contenedor que llega a España. Brasil, por ejemplo, es desde hace años un origen que implica analizar con lupa todos los contenedores que proceden del país. Lo mismo ocurre con Ecuador, actualmente más activo que Colombia en esto, pero sin que Colombia remitiera la intensidad de envíos. 

Plan B

El puerto de Vigo es un ejemplo de asedio medio en comparación con otros puertos en España. Valencia, Algeciras y Barcelona copan los grandes envíos. A Vigo llegan menos y de menor pesaje. Pero se envían con regularidad. Lo evidencia la concatenación de decomisos realizados desde septiembre del 2022. Se realizaron tanto en puertos de origen en Sudamérica, como de destino, ya en la principal zona portuaria de Galicia. La primera media docena de aprehensiones pesaron 1.474 kilos, que en el mercado negro en España alcanzarían un valor de 45 millones de euros.

Pero sostener que el puerto de Vigo es un coladero de cocaína, agarrándose solo a las cifras de decomisos, resulta un análisis superficial de la realidad que se cuece en la zona portuaria de Guixar, del tráfico internacional de contenedores y de la realidad narco globalizada. Los penúltimos 500 kilos decomisados, por ejemplo, no tenían que haber llegado nunca a Vigo. El contenedor hizo dos paradas previas en puertos de Europa, pero por algún motivo los encargados de sacar la mercancía erraron y el contenedor infectado siguió su ruta comercial. Ocurrió lo mismo con otros alijos en el último año, que antes de llegar a Vigo hacían escala en el principal puerto español, Algeciras, y tenían que haberse descargado allí. Pero las personas encargadas de extraer la mercancía fallaron, y los portes acabaron sin querer en Vigo.

¿Pero implica esto que Vigo no está entre los objetivos portuarios que la industria narco quiere conquistar? Para nada, lo está, y por varios motivos. El primero es que Vigo se encuentra en el corazón de las Rías Baixas, una región donde el crimen organización fecundó hace 40 años y no ha dejado de crecer y consolidarse. Pero no solo con población autóctona, también extranjera que está asentada en la provincia para trabajar de manera permanente no solo la llegada de cocaína por las costas gallegas. También en contenedores, el método más barato y silencioso para traficar. Basta un dato aportado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil: el 80 % de la cocaína que llega a España y Europa lo hace en contenedor; la mayoría del 20 % restante entra en veleros y en menor medida en pesqueros. A mayores, queda una parte mínima para los aeropuertos.