Chorro Naval prevé contratar a veinte trabajadores tras la compra de Aplimega

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

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Luis Carlos Llera

Adquiere una nave de 4.000 metros y 6.000 de parcela de la antigua empresa de Cándido González, en quiebra, cuyo nombre desaparecerá de la fachada

21 mar 2024 . Actualizado a las 11:44 h.

El sector naval progresa adecuadamente después de unos tiempos convulsos que se han superado. Chorro Naval generará veinte puestos de trabajo a medio plazo en sus nuevas instalaciones del polígono de Budiño, en O Porriño. La empresa ubicada en Bouzas se dedica a la limpieza y pintura de piezas metálicas y barcos y ha adquirido una nave de 4.000 metros cuadrados inmersa en una parcela de 6.000 en uno de los polígonos industriales más importantes de Galicia, conectado con Portugal y la meseta por las autovías A-55 y A-52. En las nuevas instalaciones, compradas a Aplicaciones Metálicas Galicia (Aplimega), una compañía en quiebra del empresario Cándido González, podrán pintar grandes piezas de calderería de hasta 35 metros porque la nave tiene grandes dimensiones. Así se podrán tratar estructuras para molinos eólicos y otras de gran tamaño.

El gerente y dueño de la compañía, Casiano Iglesias, señala que «estamos adecuando las instalaciones de la antigua Aplimega que desaparece como tal y va a ser otra nave de Chorro Naval». Han adquirido solo el inmueble y parte de la maquinaria.

El empresario confía en que la nave de O Porriño pueda estar funcionando en un mes después de muchos meses en desuso por la quiebra de Aplimega. Tuvo que cerrar con una deuda de 400.000 euros ya que era muy dependiente de un solo cliente, GRI, que dejó de efectuar pedidos con la misma frecuencia que antes de la crisis que tuvieron las renovables, que ahora vuelven a estar en progresión con muchas dificultades burocráticas.

La nueva nave se va a dedicar a todo tipo de pieza metálicas y estructuras para atender a un mercado metalúrgico que está en alza. Chorro Naval trabaja, sobre todo, en astilleros de la provincia de Pontevedra pero también de forma puntual en Suecia, Angola, Dubái..., donde les demandan por su gran especialización en pintura de piezas con gran calidad ya que son estructuras sometidas al viento y el agua que necesitan unos recubrimientos muy buenos para evitar la corrosión.

La empresa está trabajando para los astilleros Freire, Nodosa, Metalships, entre otros. También lo ha hecho anteriormente para Zamakona. Desde hace veinte años aplican técnicas de protección anticorrosiva. Para conseguir un resultado óptimo utilizan diferentes sistemas de limpieza para garantizar una superficie en perfecto estado, ya sea para un acabado visto o para aplicar un revestimiento protector. Así, realizan limpiezas de hidrolavado mediante la proyección de agua a alta presión. «Disponemos de maquinaria para diferentes presiones y caudales de trabajo, con agua fría o caliente y con árido añadido si es necesaria una mayor capacidad de arranque». El chorreado abrasivo se utiliza en la limpieza y tratamiento de superficies mediante una proyección de partículas abrasivas. Estos métodos se usan para el tratamiento de superficies nuevas y para la restauración de superficies con problemas de corrosión o suciedad.

«Tenemos mucho trabajo por la buena situación del naval»

Casiano Iglesias está al frente de la empresa que fundó su padre. Uno de sus tres hijos ya está involucrado en la compañía, que enfila, pues, la tercera generación. Iglesias es secretario del clúster del naval y uno de los impulsores de la plataforma Vigo Ship Repair que intenta atraer a la ría a barcos para que se reparen aquí.

«Tenemos mucho trabajo por la buena situación del naval». El problema es que falta mano de obra cualificada como ocurre en otros sectores. Asegura que hay poca coordinación entre el mercado y los sectores educativos y del Ministerio de Trabajo porque con la big data se podían sincronizar y mantener las necesidades regulando la formación para que no haya exceso de oferta en muchas carreras y falte formación profesional para numerosos oficios que están bien pagados.

Según los últimos datos disponibles del 2022 de Asime, el empleo de la industria metalúrgica se mantuvo estable en 57.000 trabajadores, pero «lejos de los 63.000 que tuvo este sector hace siete años», indicó Enrique Mallón, secretario general de la asociación.

El sector logró incrementar su facturación y doblegar la crisis de materias primas. Galicia situó en 14.534 millones de euros la cifra de ventas del metal. El crecimiento fue del 15 %.