Dos años de cárcel al presunto furtivo que agredió a un vigilante en Baiona

carlos ponce BAIONA / LA VOZ

BAIONA

M. MORALEJO

«Me quiso matar por unos kilos de percebes», asegura la víctima

17 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Alfredo González ha sido condenado a dos años de prisión por golpear a un vigilante de la costa de Baiona, Xosé Lourenzo, mientras estaba de servicio. Los hechos ocurrieron el 12 de octubre del 2004, cuando Lourenzo y su compañero, Manuel Martínez, estaban en el coche realizando labores de vigilancia para evitar el marisqueo furtivo. La sentencia asegura que el agresor se dirigió a Lourenzo con una rasqueta (instrumento utilizado para la pesca del percebe), destrozó el cristal de la ventanilla del coche y le golpeó en la cabeza mientras profería expresiones como «te voy a matar, de esta no sales». La víctima logró defenderse al conseguir salir del coche y evitó daños mayores

Precisamente, el agredido asegura que Alfredo González «es un furtivo que dos días antes, cuando le requisé unos kilos de percebes, amenazó con matarme. Por eso creo que la sentencia es corta. Tengo dos hijos y ese hombre trató de matarme por unos kilos de percebes», apunta.

El presunto furtivo negó desde un principio los hechos, alegando que Lourenzo se autolesionó y aportando testigos que lo situaban en otro lugar. Según Lourenzo, uno de esos testigos, precisamente, estaba con él en el momento de la agresión, pero fue reducido por el otro vigilante, Manuel Martínez. La sentencia destaca la «buena memoria» de los testigos, que aseguraron que González se encontraba a la hora exacta de la agresión en un bar con su mujer y sus hijos. El juez desestimó estas declaraciones al considerar que eran demasiado precisas al recordar las horas de aquel día, y condenó a Alfredo González a dos años de prisión por un delito de lesiones con instrumento. El condenado también deberá indemnizar a Xosé Lourenzo con 2.200 euros en concepto de responsabilidad civil y a Manuel Martínez, el otro vigilante que era propietario del vehículo, por los daños sufridos por el coche. Como consecuencia de la agresión, Xosé Lourenzo sufrió una herida en la cabeza, otra en la pierna izquierda y abrasiones en la mano y en el codo. La víctima precisó de cirugía para suturar las heridas y estuvo de baja 24 días, quedándole sendas cicatrices en la cabeza y en una pierna como secuelas de la agresión.

Lourenzo se lamenta además de que, a pesar de que existe una orden de alejamiento, Alfredo González se encuentra actualmente trabajando como percebeiro en una embarcación de Baiona y que lo tiene que ver todos los días. «A pesar de que tiene a sus espaldas más de 80.000 euros en denuncias por furtivismo, él y otro conocido furtivo de la zona se encuentran trabajando como percebeiros en una embarcación. Es surrealista», apunta Lourenzo.