Campeona por constancia y rebeldía

MÍRIAM VÁZQUEZ FRAGA VIGO / LA VOZ

BAIONA

cedida

Marta Canella gana la Liga 2 de baloncesto con el Aros pese a una lesión por la que le recomendaron dejarlo

17 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace poco más de un año, cuando Marta Canella (Baiona, 1995) disputaba sus últimos partidos con el Celta de baloncesto, se sentía «una coja en la pista y no una jugadora». Tras meses de fuertes dolores, le diagnosticaron una condromalacia -falta de cartílago- de grado 4 en las dos rodillas y le desaconsejaron la práctica del deporte al que lleva ligada casi toda su vida. Dejó el club vigués y se fue a estudiar fuera sin el convencimiento de retirarse. A su regreso fichó por el Aros de León, con el que acaba de ganar la Liga femenina 2 y disputará la fase de ascenso.

Canella habla de un éxito de «equipo sin jugadoras más importantes que otras». Pero sus problemas físicos no han sido impedimento para que las estadísticas la sitúen a ella como una de las baloncestistas más destacadas del grupo. «He aprendido a jugar con dolor, a gestionarlo para que mis momentos más complicados no perjudiquen al conjunto. Hay épocas mejores y peores, según la carga de partidos o porque en ocasiones tu cuerpo dice ‘basta’», relata.

Una lesión grave de por vida

La que nunca dice «basta» es la excéltica. Para ella, dejarlo nunca fue una opción por mucho que le insistieran los doctores. Incluso sabiendo que la dolencia que padece «es grave, y más cuando se tienen 22 años». «De primeras te informan de lo que hay y te dicen que debes parar. Pero también entienden que soy deportista y joven. Sabiendo que es una lesión que no mejora, nos centramos en que no vaya a peor», analiza la baionesa.

«Tengo que tomar una serie de cosas y esta temporada me he estado sometiendo a un tratamiento en Povisa. Con un poco de ayuda por cada lado he conseguido no empeorar y volver a sentirme jugadora en la pista, que ya es bastante», celebra. Pese a su empeño, ni siquiera ella misma las tenía todas consigo cuando comenzó la temporada en León. «El primer partido ni contaba con jugarlo. Participé 30 minutos y a partir de ahí siempre en la misma línea. Estoy contentísima por haber vuelto», comenta pletórica.

Una de las cosas que más agradece es que, pese a todos los problemas que arrastra, ha vuelto a disfrutar del básquet en el primer equipo que ha conocido tras finalizar su etapa en el Celta. «La clave del éxito del Aros ha sido esa: no había presión, porque nuestro objetivo no era lo que al final hemos conseguido. Nos hemos divertido mucho en la pista, muchísimo, siempre jugando a base de generosidad y con una gran facilidad para el trabajo en equipo que nos ha llevado a ganar partidos. Lo hemos pasado genial», analiza la jugadora.

Esa misma dinámica es la que a ella la ha impulsado como nunca para superar sus circunstancias. «En las épocas en que estuve parada por la lesión, cuando volvía aunque fuera a entrenar un día en la pista con las compañeras me compensaba una semana entera de dolor. Ahora ha sido lo mismo: volver a disfrutar del baloncesto es tan satisfactorio que se me olvida todo lo malo».

Las cenicientas de la fase

El jueves el Aros afronta el primer partido de una fase en la que se consideran, según Canella, «las cenicientas». Pero se agarran a la misma premisa de disfrutar y ser ambiciosas que las ha llevado a donde están. «Jugamos en nuestra ciudad y no tenemos miedo a nada. Pensamos que si hemos llegado hasta aquí de esta forma será por algo y si podemos dar la sorpresa, a eso vamos». Pase lo que pase, la canterana del Celta no le pide más a una temporada en la que, pese a los obstáculos, se ha reencontrado con su mejor versión.