Los robos en huertas de Cangas se disparan con la llegada de turistas

manu otero CANGAS / LA VOZ

CANGAS

MANU OTERO

Las fincas cercanas a las playas sufren el asalto de los bañistas

22 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Era una práctica habitual en el rural hace años. Los niños del pueblo, para pasar la tarde y saciar el hambre, asaltaban los frutales de sus vecinos para llevarse a la boca un puñado de uvas, manzanas o tomates. Ir ao corzo, le llamaban. Pero este hurto inocente ha adquirido una dimensión mayor y más grave en los últimos días en Cangas. La ola de calor llenó las playas de O Hío, Nerga o Vilanova de turistas, que antes de llegar al arenal pasan por delante de las pequeñas huertas de los lugareños y, sin pudor, se llevan limones, ciruelas, pimientos, repollos o, en los casos más graves, una plantación completa de patatas.

«Isto non é roubar», le llegaron a decir en tono agresivo los ladrones a Francisco Hermelo, propietario de una de estas parcelas cercanas a la playa, cuando los pilló in fraganti. Son hurtos a pequeña escala que «fastidian» porque «isto non é un traballo, o fago porque é unha ilusión», relata Manuel Curras. Él también fue víctima de estos expolios y para combatirlos modificó su forma de sembrar. «Agora planto millo, que tamén mo levan, cara a parte da carreteira e os tomates, por exemplo, cara atrás que están máis ocultos», comenta su estrategia, aunque duda de que vaya a disuadir a los ladrones.

Los hay de todo tipo, forasteros y nativos, pero el móvil del delito rara vez es el hambre. «Se teñen necesidade eu son o primeiro que llo dou, pero que mo rouben, non», recalca Curras. El modo de operar de estos malhechores lo tiene bien estudiado Hermelo. «Veñen paseando cunha bolsiña no peto, entran nas fincas, dá igual que estean pechadas ou non, e enchen a bolsa», relata este vecino que tiene muy claro el culpable del abandono de muchas de estas huertas: «O xabarín de catro patas e o de dous», revela el nombre dan a estos ladrones que muchas veces causan más daño que el animal.

Ramas rotas y huertas arrasadas son otros de los efectos que provocan los asaltantes, cuya reciente actividad alteró la calma que reina en estas parroquias canguesas y que llegó incluso a las redes sociales. Allí, una de las afectadas, Ana Guti, pidió apoyo para dar con los culpables.

No solo hurtan los visitantes, también se da el robo a gran escala. «Veñen pola noite e desvalixan plantacións de patacas, cebolas ou kiwis», puntualiza Hermelo.