«Nos engañaron como a chinos»

alejandro martínez GONDOMAR / LA VOZ

GONDOMAR

ALEJANDRO MARTINEZ MOLINA

El edificio de Mañufe cuyo promotor deberá pagar tres millones de euros a la comunidad está plagado de grietas y humedades

02 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de la urbanización Baixa Redonda, en Gondomar, se sienten engañados con la compra más importante de sus vidas. El juzgado les ha dado la razón y la promotora Colmeiro y Martínez deberá abonarles tres millones de euros para sufragar los desperfectos que presenta el edificio. Dudan que algún día llegarán a cobrar porque el empresario es insolvente y son conscientes de que no podrán sacar nada de él. La situación les condena en cambio a ellos a vivir en un inmueble plagado de errores constructivos de los que nadie se ha querido hacer responsable. Pagaron sus pisos al precio de obra nueva y ahora deben padecer numerosas incomodidades en su vida diaria.

«Las ventanas están montadas al revés, las paredes no están rectas, entra agua por todas partes, el suelo se levanta, esto es un cúmulo de despropósitos espectacular», lamenta Francisco Araújo, presidente de la comunidad. Los propietarios han pagado ya más de 108.000 euros en derramas desde que entraron a vivir. Al final acordaron que cada uno se pague lo suyo de su propio bolsillo, eso sí, guardando las facturas por si algún día llegaran a cobrar. «Esto es una sangría desde el minuto uno», señala Olga Araújo, vecina afectada. Su casa tiene grietas. Hay una ventana en el cuarto de su hija que nunca pudieron abrir y la de su habitación no se cierra, mientras que la puerta del baño siempre está abierta.

«Nos tomaron el pelo, nos engañaron como a chinos», afirma Paula Fernández, otra de las propietarias afectadas. «Tengo humedad en la habitación y me llueve en el salón», afirma. La mala construcción hace que el edificio este muy mal aislado térmicamente. En invierno se filtra el frío y durante el verano el calor es insoportable. «Estamos pagando hasta 300 euros de luz por mantener la temperatura», afirma Paula.

Mala calidad

Para Estefanía Busto, otra de las propietarias, el edificio está así por la mala calidad de los materiales que se emplearon. «La construcción es pésima», concluye. El suelo se levanta en el salón de su casa. Las humedades afectan al dormitorio y una grieta atraviesa el cuarto de baño.

Los afectados esperan que algún día solucionen los problemas de cimentación que presenta el inmueble. Las grietas y humedades disminuyen su calidad de vida, pero el hecho de que el edificio se mueva porque no esté sustentado sobre una placa firme les hace temer por su seguridad. El inmueble oscila en función del agua del subsuelo. Producto de estos movimientos, una tubería se rompió durante las Navidades del año 2012. Ahora deben estar permanentemente drenando en la parte inferior para mantenerla seca. Tienen dos bombas funcionando las 24 horas del día. «Los arquitectos nos dicen que es como para preocuparse», señala Olga Araújo. La sentencia considera que el edificio flota sobre el agua y, según declararon peritos durante el juicio, esto fue así por unos errores «de bulto» que se cometieron a la hora de hacer los estudios geotécnicos. Un correcto estudio del terreno hubiese llevado a la conclusión de que no era apto para edificar.

La solución es volver a pilotar, estabilizar la losa y construir una nueva para evitar que se mueva. Para eso hace falta un dinero que ellos no tienen y nadie les ayuda.

El juzgado de instrucción número 6 de Vigo condenó a la promotora a pagar 3.068.753 euros a la comunidad por todos los desperfectos constructivos. De esta cantidad, un total de 2.198.925 euros deberá aportarlos de manera solidaria con la compañía de seguros. El fallo absuelve al mismo tiempo a los arquitectos que dirigieron la obra al haber pasado el plazo en el que podrían haber tenido que asumir responsabilidades. Ahora el juez impone a la comunidad de propietarios el pago de las costas del juicio contra los técnicos y cuya factura podría superar los 200.000 euros según las tarifas legalmente establecidas.