Tensión en Moaña en la concentración para condenar el atentado contra el astillero

manu otero VIGO / LA VOZ

MOAÑA

M.MORALEJO

Durante la lectura del manifiesto en contra del ataque, hubo un enfrentamiento verbal entre personas de ambos bandos

11 jun 2017 . Actualizado a las 21:52 h.

Moaña vive estos días en un ambiente prebélico. La sociedad está dividida. Unos son partidarios de mantener, preservar y proteger las carpinterías de ribera; otros prefieren demolerlas y completar el paseo marítimo. Y en medio de todo ello, un incendio provocado que redujo a cenizas el astillero que regentaba la familia Casqueiro y que pudo acabar en desgracia si el fuego llega a extenderse al centro de salud y a las casas aledañas.

El último episodio de esta escalada de tensión que nadie se imagina como acabará, se vivió ayer a pie de lo que queda de astillero. El Concello convocó una concentración para protestar contra lo que consideran un atentado contra el patrimonio cultural de la villa. A la cita, que tuvo lugar a las 19 horas de ayer, acudieron centenares de vecinos y dirigentes del BNG conmovidos por el suceso que ocurrió en la noche del viernes. Al comienzo del acto, un defensor de la plataforma favorable al paseo marítimo comenzó a abuchear y a tratar de interrumpir el discurso del poeta local que inició el acto con un sentido lamento porque «ardeu unha parte de nós».

Fue entonces cuando los manifestantes, al grito de «¡fuera, fuera!», trataron de expulsar a aquel que trataba de reventar el acto. Con la misma intención se pronunció, a continuación, la alcaldesa de la villa, Leticia Santos. «Eu non son a alcaldesa deses terroristas do patrimonio», exclamó la regidora que cargó con dureza contra los responsables del ataque. «Acuso aos autores intelectuais deste atentado e que fixeron da familia Casqueiro (los gestores del astillero incendiado) vítimas dunha campaña de acoso e derribo nunca xamais visto nesta vila», lamentó Santos, que calificó a los causantes del fuego de «descerebrados e cobardes».

«Queren que sigamos o seu xogo, o da violencia, pero nós estamos aquí para condenar o atentado terrorista que sufriu este estaleiro», dijo Leticia Santos en referencia a los abucheos proferidos desde el bando contrario.

Concluyó su discurso haciendo «un chamamento á convivencia pacífica» y anunciando que «seguiremos adiante co nosa meta de manter ás carpinterías de ribeira», remató la alcaldesa en medio de un ensordecedor aplauso.

Preguntada sobre si existe algún avance en la investigación de los hechos, afirmó Leticia Santos que «non se sabe quen ou cantos o fixeron, pero sí que foi provocado». Un ataque que se veía venir a juzgar por las pintadas amenazantes hacia la familia Casqueiro y en contra de este tipo de carpinterías realizadas hace un mes en la fachada del astillero. «Pedimos que se investigue a autoría destas pintadas», declaró la regidora sin grandes esperanzas de dar con los culpables.

Entre los participantes en la concentración, eran muchos los que no comprenden cómo se llegó a este punto de enfrentamiento social. «Pero si el paseo y el astillero son compatibles», argumentaba un vecino en una conversación grupal.

El origen de este enfrentamiento procede de las demandas de una plataforma que reclama la continuidad del paseo marítimo de Seara por el borde de litoral con un ancho de seis metros, lo que obligaría a eliminar estas construcciones. Algo a lo que se opone el gobierno municipal que opta por convertirlos en un símbolo de la cultura local. En ese clima de división, el astillero sufrió tres atentados antes. Pero el del viernes acabó por derrumbarlo.