«¡Pero si todo el mundo tiene en su casa perdices para comer!»

carlos ponce TUI / LA VOZ

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Un anticuario tudense que carece de certificaciones critica al Seprona por incautarse de cuarenta animales disecados

22 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

José Manuel González, el anticuario tudense al que el Seprona ha requisado cuarenta animales disecados que tenía en situación ilegal, justifica la posesión de esas especies. Según cuenta González, su padre, que estuvo enrolado en el ejército portugués y sirviendo durante un tiempo en Angola, aprovechó la estancia en ese país para cazar algunas especies autóctonas. Estas entraron en España de forma legal y con los papeles en regla y, visto el interés despertado, creó en su vivienda un museo abierto para todos aquellos interesados en animales exóticos.

La Guardia Civil señala que los animales requisados carecen de ningún tipo de certificación. Según González, todo el problema comenzó cuando los vecinos empezaron a donar al museo paterno animales disecados. Estos ejemplares son los que no estaban en situación legal. En total, el Seprona requisó dos especies catalogadas en peligro de extinción (zarapito real y águila real); seis en régimen de protección especial (martín pescador, cabezas de cabra montesa. alcatraz, cérnicalo común, zampullin chico y andarríos); y los 32 restantes de aprovechamiento cinegético (perdiz, faisán, urraca, pavo real...).

«¡Pero si mucha gente tiene perdices en casa para comer!», se justificaba ayer el anticuario. Todos los animales intervenidos quedaron depositados a disposición judicial. A José Manuel González se le investiga ahora como supuesto autor de un delito contra la flora y la fauna silvestre.

«Nosotros habíamos intentado legalizar todos los animales de caza que teníamos» asegura González, que no entiende el revuelo que se ha generado. Intenta quitarle hierro al asunto: «El Seprona tiene que matar el día y decir que hacen algo. Vienen cada dos por tres».

El anticuario no entiende por qué estas especies no están legalizadas. «Son chorradas. Dicen que son animales exóticos y que para ello hay que tener una licencia especial». González va más allá y asegura: «Que digan lo que quieran, pero o solucionamos esto o les planto fuego». Está dispuesto a quitarse de encima esos animales como sea para evitarse más problemas. «Incluso se las regalo si quieren. Pero que me dejen tranquilo».

Según González, el museo, situado en una vivienda anexa al anticuario que regenta en la avenida de Portugal de Tui, lleva abierto cerca de cincuenta años. «Incluso representantes de la Xunta llegaron a visitarlo y les ofrecimos que nos lo compraran, pero no pudo ser». El anticuario insiste en que todas las piezas están en la antigua vivienda de su padre, anexa al establecimiento donde vende antigüedades. Espera que esta incautación no afecte en modo alguno a su negocio.

Dentro del marco de las actividades programadas a nivel provincial para controlar el cumplimiento de la normativa que regula el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES) y la tenencia de animales disecados, la pasada semana el equipo del Seprona de Vigo realizó una inspección en el establecimiento de antigüedades de González en el que se descubrieron numerosas especies de animales autóctonos y alóctonos y otras piezas de caza en poder de la persona que desarrollaba la actividad.

En el interior y el anexo, el Seprona se encontró con 40 ejemplares disecados de aves silvestres y dos mamíferos, que fueron intervenidos por carecer de las preceptivas autorizaciones y certificaciones que acreditasen su legal tenencia y procedencia.