La nueva primavera de una disciplina ancestral

Xosé Ramón Castro
x. r. castro VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Gayoso, que lleva más de tres décadas al frente del club, destaca el auge de la halterofilia a través del Crossfit

09 may 2016 . Actualizado a las 11:08 h.

La halterofilia existe desde la noche de los tiempos del deporte y formó parte de los primeros Juegos Olímpicos en Atenas 1896, sin embargo en Vigo está comenzando a vivir una nueva primavera de la mano del CrossFit, el último furor en los gimnasios.

«Ahora mismo hay una actividad deportiva que está en auge en los gimnasios que es el CrossFit, que es un entrenamiento de circuito y utilizan ejercicios propios de la halterofilia, de hecho, nosotros estamos colaborando con un gimnasio en el desarrollo de esa actividad». Lo dice José Manuel Gayoso Viéitez, director técnico y entrenador del Club Halterofilia Vigo, que reconoce que de la mano de la nueva disciplina la imagen de su deporte ha dado un giro positivo importante: «No solo en Vigo, sino a nivel español ha cambiado bastante la imagen de la halterofilia con el CrossFit, hay más seguimiento de las grandes competiciones, y la gente las comenta y eso crea afición».

Sin embargo el club de halterofilia de Vigo lleva muchos años instalado en la ciudad. Se calcula, porque nadie puede asegurarlo, que desde el año 66, porque los primeros récords encontrados datan del final de esa década. Gayoso se incorporó un poco más tarde. «Llevo en el club desde el año 82 como deportista y como entrenador haré 30 años el próximo mes de octubre».

Su idilio con el deporte de las pesas nació en la escuela. «Tenía 13 años, comencé a estudiar FP en el Colegio Hogar y había tenido algunas experiencias en fútbol pero todas bastante negativas. Allí había halterofilia y comencé a probar. Había hecho un poco de levantamiento de pesas pero no tenía ni idea de cuál era el deporte. Vi que se me daba bien», recuerda. Lo de entrenador fue un amor a primera vista: «Consideraba que no iba a ser un deportistas de nivel de campeonato de España, y como me gustaba lo de activar a la gente y controlar el entrenamiento, comencé a ayudar porque solo había un entrenador y fue así como empecé».

Hoy dirige la parte técnica de un entidad que cuenta con una treintena de deportistas en el frente competitivo y otro nutrido grupo en la halterofilia de mantenimiento, con edades comprendidas entre los ocho y los 60 años.

A la iniciativa le falta el vértice de crear una escuela, algo que siguen teniendo en mente pero que hasta la fecha no ha sido posible. «Lo intentamos, pero como políticamente no era correcto presentarle a los papás y a las mamás la halterofilia como actividad deportiva para sus hijos no pudimos ponerla en práctica, pero ahora tenemos en mente en el mes de octubre comenzar una campaña de captación en los colegios próximos a nuestro centro de entrenamiento en Balaídos (debajo de la grada de Río del estadio) mediante charlas explicativas de lo que es la halterofilia en cuanto a técnica y entrenamiento, y luego hacer también exhibiciones». Como avanzadilla, el próximo verano participarán en una actividad al aire libre en Gondomar.

Su metodología de entrenamiento comienza primando a la técnica para dar paso después a la fuerza. «Automatizar la técnica, con esfuerzos conscientes con poco peso para de alguna manera tener el control de movimiento y poder hacer cambios y corrección. Los pesos altos implican cierto grado de automatización y enfrentar a los chicos con pesos altos con poco entrenamiento es perjudicial en todos los sentidos porque su cuerpo no está adaptado a ese tipo de esfuerzos y acarrea lesiones y es perjudicial para la técnica porque al no tener automatismo van a cometer errores».

A nivel de competición, su gran objetivo es volver a clasificar levantadores para el campeonato de España absoluto. Están situados en la segunda posición en Galicia pero les falta dar el paso para reverdecer los tiempos de Roberto Gil, campeón de España en los ochenta.