El túnel

VIGO CIUDAD

29 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El proyecto de túnel en la calle Lepanto que el Concello de Vigo ha puesto sobre la mesa como alternativa para dar cobijo a todas las infraestructuras añadidas a la futura estación intermodal da que pensar. Todo lo que no sea tocar los cuatro edificios inmundos que jalonan la entrada a la estación parece estupendo. Raro. Hasta horadar un pedazo de túnel en medio de la vía es saludado como una solución fantástica. Empresarios, arquitectos y constructores aplauden hasta con las orejas, claro. Sin embargo, todos se olvidan, misteriosamente, de que los inmuebles de Alfonso XIII, frente a la glorieta actual, estaban afectados por el Plan Xeral y ahora, «voilá», ya no. Un milagro de Fátima (por cercanía). Aún sin túnel, el Concello de Vigo debería ir pensando un plan paralelo para lavarle la cara a una de las entradas principales de la ciudad. Actualmente, ese puñado de casas degradadas en las que no vive nadie son lo más parecido al Bronx que hay en Vigo. El lumpen que allí se concentra parece la herencia desdentada y casposa de lo que no hace muchos años fue un enorme prostíbulo que, según cuenta la leyenda, cerró no por la presión policial, sino por la de otro burdel aún mayor y como se pudo comprobar, con más poder. Ahí no hay aceras que renovar, ni árboles que cortar (porque no hay) ni jardineras con flores que colocar.

La decadencia invade una esquina en pleno centro de Vigo que el ayuntamiento vigués se empeña en cuidar como si fuera la gran reserva de Occidente. ¿De quién son esos edificios y por qué se les permite tenerlos así en tan valiosa zona céntrica? La respuesta es más oscura que el túnel.