Buceadores de las Rías Baixas colaboran con el CSIC para detectar peces exóticos

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Los investigadores aprecian una presencia cada vez mayor de especies de otras latitudes

23 abr 2017 . Actualizado a las 04:00 h.

«Cada vez están apareciendo especies más raras». La sentencia es de Ricardo González, innumerables veces campeón gallego de pesca submarina e integrante de la selección nacional. Él, que prácticamente se sumerge todos los días en las aguas de las Rías Baixas, sabe muy bien de lo que está hablando.

El jurel dentón, por ejemplo, una especie tropical, es ya un morador muy habitual de las aguas de las costas del sur de Galicia. Ricardo forma parte del club A Raspa, que recientemente ha mandado a sus socios una circular para que colaboren con el CSIC a la hora de encontrar diferentes especies exóticas.

Rafael Bañón, que lleva dos décadas registrando, catalogando y publicando la presencia de peces tropicales en Galicia, tiene muy claro que la colaboración de quienes más tiempo pasan bajo las aguas es fundamental para tener un mejor control de las cada vez más grandes poblaciones de intrusos. «Es un fenómeno que está documentado en todo el mundo. Las especies se van desplazando hacia el norte en busca de aguas menos cálidas», explica. Buscan el lugar más adecuado para su punto de temperatura.

Proceso lento

El proceso es lento, pero imparable. La relación es amplia: el jurelo dentón ya relatado, el azul, la corneta colorada, el pez globo, una anguila de fondo subtropical... Desde que en 1996 comenzó el seguimiento de la aparición de especies nuevas o poco conocidas se han documentado alrededor de doscientos registros de unas cincuenta especies diferentes de peces.

La intención del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo es potenciar la búsqueda y para ello se está solicitando la colaboración de los buceadores deportivos y también de las cofradías. Las instrucciones son claras: si aparece algún pez raro hay que intentar conservarlo bien, en hielo o metiéndolo en un frigorífico, y a continuación ponerse en contacto con Rafa Bañón. Bien por teléfono (986 492 111) o bien por correo electrónico en la dirección anagoplaster@yahoo.es. Es importante que llegue pronto la notificación porque, apunta el investigador «a veces solamente nos llega la fotografía y eso no nos ayuda demasiado para su estudio».

En cualquier caso, y para evitar cualquier tipo de alarma injustificada, conviene resaltar que las especies que por el momento están apareciendo en las aguas de las rías gallegas, aunque invasoras, no son peligrosas para la fauna local. Consumen el mismo alimento que los nativos, cierto es, pero si algo tiene las Rías Baixas es capacidad para alimentar a una cantidad ingente de especies. Incluso pueden llegar a convertirse en un recurso más. Es lo que sucede por ejemplo con el pez ballesta, cuya primera presencia se documentó a mediados del siglo pasado en Galicia y que ahora ya aparece con asiduidad en las lonjas.

Sin problemas

Los turistas de las aguas no producen, por lo tanto, mayores problemas. Ricardo González ha llegado a ver hasta algún mero mediterráneo.

El pez limón ya es un conocido más, asegura el investigador. Al principio los pescaban por ser una novedad, pero ahora, «los ves pasar y ya ni los coges», concluye.