El Concello rectifica y no cierra el albergue de Dignidad para personas sin techo

maría jesús fuente l.c.ll. VIGO / LA VOZVIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Prohíbe solo el uso de la cocina de butano y de otros aparatos de gas y clausura la nave de restauración de muebles

29 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Vigo rectificó anoche a través de un decreto la decisión de cerrar el albergue de Dignidad para personas sin techo, que había comunicado por la mañana el alcalde. Solo precintará la cocina de butano y prohibirá el uso de otros aparatos que funcionen con la misma energía en las dependencias de la calle Toledo.

Lo que sí clausurará es la nave de la calle Irmáns Quintela Pérez, donde se restauran muebles, hasta que cuente con la correspondiente licencia de la Gerencia de Urbanimso.

«Nos pondremos mañana mismo a hacer las reformas. De todas formas, el problema es del Concello, no mío. Yo lo que quiero es que esas personas tengan techo. El Concello debería coger un hostal y pagarles un mes a los usuarios, mientras lo arreglamos». Con estas palabras respondía el responsable del albergue Dignidad, Suso Aguayo, ante la posibilidad de que le obligaran a cerrar las dependencias.

Por la mañana, el alcalde, Abel Caballero, anunció su clausura amparándose en un informe emitido por los bomberos en el que se insta al «cierre inmediato» por no garantizar la seguridad ni para los usuarios ni para los vecinos del inmueble. Por tanto, dijo Caballero, «el Concello ya está realizando los trámites precisos previos al precintado de las instalaciones».

El pasado miércoles la Policía Local y el jefe del servicio de bomberos llevaron a cabo una inspección, no solo del albergue, sino también del almacén en el que usuarios de Dignidad restauran muebles. Por su parte, funcionarios de la Gerencia de Urbanismo comprobaron que el albergue de la calle Toledo carecía de licencia de actividad.

A la pregunta de si permitirá reabrirlo en caso de que se reformen las instalaciones, el alcalde apuntaba en la misma mañana que «si se establece en un lugar que reúne condiciones y tiene licencia de actividad, no solo diremos que sí, si no que se apoyará económicamente siempre que esté preparado para reunir condiciones de seguridad y dignidad». Sugería que los usuarios pueden acudir a otras dependencias de la ciudad públicas o concertadas, como el albergue municipal de la calle Marqués de Valterra o el de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres, de Teis.

El centro de Dignidad fue abierto por el pastor evangélico Suso Aguayo para dar cobijo a las personas sin recursos que no podían o no querían acudir a las instalaciones de Marqués de Valterra, en las que solo se permite pernoctar diez días seguidos. Al mismo tiempo creó un taller de rehabilitación de muebles y otras actividades para intentar reinsertar a los usuarios.

Aguayo ya conocía la situación de las dependencias al no ser la primera vez que recibía una inspección, aunque no tan exhaustiva como la de esta semana. Los controles efectuados hasta la fecha habían concluido que era necesario llevar a cabo una reforma integral.

La organización solicitó un proyecto para afrontar la mejora que, según Aguayo, requeriría una inversión de 50.000 euros. Al no poder afrontar esta cifra, la única solución que se le ocurre es que sea él y los propios usuarios los que ejecuten las obras para poder salir adelante.

«He hecho lo que he podido, hasta la extenuación. He forzado la legalidad hasta el máximo, no para hacerme rico, sino para complicarme la vida. Han venido los GOA (Grupo Operativo de Apoyo) de la Policía Local, como si fuésemos terroristas», apunta el responsable de Dignidad. «Somos el albergue de todo a cien, el más barato de España, me tenían que dar un honoris causa de Economía. Estoy muy satisfecho con lo que he hecho y voy a seguir trabajando», afirma. No solo eso, sino que Suso Aguayo asegura que la actividad de la oenegé no se detendrá ni mucho menos con el albergue, ya que tiene intención de abrir un comedor social y una especie de galerías comerciales.