Si habrá cambiado Vigo, que ahora las manifestaciones son espectáculos musicales. Donde antes sonaban los petardos, hoy suena Giuseppe Verdi. De entonar «la próxima visita será con dinamita», hemos pasado al coro de esclavos hebreos de Nabucco, cantando el Va pensiero. Y los lemas de megáfono son ahora arias y habaneras, acompañadas por los acordes de una filarmónica.
Esto lo cuentas hace veinte años y la gente no se lo cree. Pero aquí hemos llegado. Porque el alcalde anunció ayer una movilización para reclamar el AVE a Vigo consistente en un recital de la Coral Casablanca. «Y esto sólo es el comienzo», ha apuntillado Abel Caballero.
El próximo mes de junio, la coral más emblemática de la ciudad cantará para pedir la salida sur ferroviaria y la variante por Cerdedo. Suponemos que la cosa empezará con el Chacachá del tren, del Consorcio. Y no olvidarán O tren, de Andrés do Barro. Como tampoco El tren, de Mermelada. Pero, si admiten peticiones, yo me quedo con Downtown train, de Tom Waits. Se desconoce aún si se grabará un disco un directo para aprovechar la oportunidad. Ya veo el título de la obra: «La Coral Casablanca canta al AVE». Y no el Ave de Händel: el de Cercedo.
Caballero nos lleva hacia la movilización más alucinante de la historia de la ciudad. Lo nunca visto. Aunque nuestra fama de conflictivos va a quedar por los suelos. Pero yo no pienso perderme la ocasión. Tras manifestarme a favor de una caja de ahorros y de un aeropuerto, estoy dispuesto a sumar un nuevo título a mi palmarés. Y seguro que no seré el único. Porque sin el orfeón, non hai solusión.