Marcos Muñiz se va al Barça

x.r. castro VIGO / LA VOZVIGO/ LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOáN CARLOS GIL

El primera línea del Universidade cumple su deseo de volver a la élite

15 jun 2017 . Actualizado a las 08:03 h.

Marcos Muñiz, el primera línea del Vigo Rugbi, se marcha al Barcelona cumple su deseo de retornar a la División de Honor, categoría en la que jugó cuatro temporadas con el conjunto vigués. Muñiz, mecánico de profesión, firma por una temporada con los azulgranas y seguirá compaginando su trabajo con la práctica del rugbi.

«Llevaba un tiempo queriendo jugar en División de Honor y me llegó el contacto de un directivo de la sección de rugbi del Barcelona, nos pusimos a hablar, me consiguieron un trabajo allí de lo mío, y decidí ir», comenta Marcos, que precisa que el acuerdo se cerró a principios de mes y admite que no fue nada fácil después de seis años en el cuadro vigués.

«En Vigo -explica- estuve mejor que a gusto y me fastidia mucho irme porque pierdo muchos compañeros y últimamente tenía un gran entendimiento con Norm Maxwell. Me da pena pero yo quiero jugar arriba y para lograrlo hay que hacer un esfuerzo», que pasa por un nuevo planteamiento de vida, rompiendo la zona de confort para adentrarse en un lugar desconocido. «Cambio de ciudad, de equipo, de trabajo, de todo, es un cambio grande, pero no es malo, y mejor hacerlo ahora, más adelante seguramente no pueda», indicó.

Después de hacer sus pinitos durante su etapa académica, Marcos Muñiz, jugador de 183 centímetros y 106 kilos de peso según consta en la ficha de su anterior club, vivió en primera persona la época dorada del Universidade de Vigo: cuatro años en División de Honor y dos más en la segunda categoría. Ese cuatrienio en la élite le dejó marcado y con ganas de volver. Durante este tiempo vivió el auge de un equipo que llegó a codearse con los grandes del rugbi español, que terminó descendiendo tras un giro a la idea y que la última temporada apostó por la gente de casa para vivir un año sin muchas estridencias. También un capítulo vital destacado al ser uno de los cinco del club que se marchó a vivir el verano pasado a Nueva Zelanda para aprender rugbi y empaparse de su cultura de una de la mecas de este deporte.

«Ya había jugado en División de Honor, por eso tengo ganas de volver», puntualiza. El vigués se marcha a un Barcelona que sufrió para mantenerse en la élite esta temporada pero que planea un proyecto más ambicioso para consolidarse en la élite. «Por ahora me voy por una temporada y luego ya veremos lo que pasa».

A sus 25 años lleva tan solo siete en el rugbi, incluso el propio protagonista asegura que no más de cinco tomándose su deporte en serio. Sin embargo, se consolidó en el Universidade y ahora tiene la opción de hacerlo en un grande como el Barcelona. «Necesitaba dar un paso más. Dar el salto, ese es el motivo de salir», confirma su progenitor.

El cambio de aires significa también una aproximación al profesionalismo dentro de un deporte tan amateur, aunque antes de entrenar cada día deberá ganarse las habichuelas en el taller. Del rugbi no se vive en estas latitudes.