El peso del pasado

Jorge Lamas Dono
Jorge Lamas EL ÁTICO

VIGO CIUDAD

15 jun 2017 . Actualizado a las 08:03 h.

Quizá habría que plantearse incluir obligatoriamente en las diferentes administraciones públicas la figura del historiador ya que son tantos los paralelismo con el pasado que habría que saber sacarle partido a la hora de buscar soluciones de futuro. En Vigo, por lo menos, esa situación se repite continuamente.

El arqueólogo Adolfo Fernández, que apuró sus métodos de trabajo los últimos días para registrar el mayor número de datos en el yacimiento de Sobreira, nos recordaba que Vigo fue hace casi dos mil años un potente foco de la industrial de salazón, que estaba enfocada hacia la exportación. Vamos, lo que volvió a ocurrir a partir del siglo XIX, y quién sabe si en el futuro volverá a suceder.

Hasta casi mediados del siglo XIX, quien pretendiese viajar por carretera hacia Madrid, no le quedaba más remedio que ir por Santiago y Lugo, para enfilar después hacia el Bierzo. Algo similar ocurrió con el ferrocarril posteriormente. Los vigueses, en los primeros tiempos del tren, perdían menos tiempo por Portugal que por Ourense si querían ir a Madrid. Así que ya hay dos espejos donde analizar la amenaza actual de la llegada de la alta velocidad a través de Compostela.

Por haber, ya hubo un alcalde en el pasado que se apellidaba Caballero, aunque el escribano municipal lo escribía con la letra uve. Aquel Caballero, volvió a ser nombrado por el arzobispo de Santiago, una vez que España había vuelto al absolutismo de Fernando VII. El máximo responsable municipal, que también hacía de juez, significó el retorno al pasado, a la concha que los liberales vigueses había sustituido por un olivo.