Un desahuciado al rescate del resto

PEDRO NAVARRO VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vazquez

«Solventar el problema de la vivienda no soluciona los que llevan a esa situación»

15 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hasta hace cerca de año y medio, Ricardo Martínez era un vigués anónimo. La situación cambió para él y su familia, esposa y dos hijos, cuando en abril del año pasado, incapaz de hacer frente al pago del alquiler y a una deuda con su casero que superaba los 5.000 euros por una larga etapa de desempleo, se vio con los pies en la calle. Tras luchar por que las administraciones le escuchasen y obteniendo silencio por parte de algunas, finalmente terminó aceptando una vivienda social que le facilitó la Xunta en Salvaterra de Miño.

Tras un año y un mes viviendo allí, Ricardo confiesa que económicamente «está mejor». Mientras que antes tenía que hacer frente a un alquiler de 350 euros, ahora paga 52. Esto le permite no tener que depender de amigos o familiares para hacer frente a facturas como la de la luz o el agua, sin embargo, la situación tampoco es idílica y asegura seguir viviendo «en precario». Sigue sin llegar a fin de mes, pero es que antes no llegaba ni a primeros.

No obstante, no ha sido fácil tener que empezar de cero. Ricardo era residente en Vigo y mudarse hasta Salvaterra ha significado para él llegar a un mundo desconocido. «Llegas allí y no conoces a nadie. Tienes que empezar otra vez una serie de trámites que ya habías pasado, volver a empezar con una trabajadora social, conocer gente y promocionarte para volver a trabajar», explica. En cuanto a este último punto, comenta que allí la cosa está difícil ya que él trabaja en hostelería y Salvaterra «es un pueblo en el que hay mucho negocio familiar». «Es complicado», lamenta.

La situación de Ricardo ha mejorado, pero muchos de sus problemas no han desaparecido. «A una familia, solventarle el problema de la vivienda no le soluciona los problemas que igual tenían o los que la llevaron a esa situación», explica. Por ello, y para ayudar a otras familias que estén en una situación similar a la suya, Ricardo ha comenzado la creación de una Red Solidaridad Popular (RSP) en Salvaterra do Miño. Por ahora, ya cuenta con el apoyo del Concello, que le ha facilitado una instalación para llevar a cabo reuniones o asambleas. Sin embargo, este no ha podido darle la infraestructura necesaria para llevar a cabo las actividades que tiene previstas y la RSP continúa en búsqueda de estas. «La alcaldía de Salvaterra nos ha recibido muy bien, a diferencia de otros concellos de los que no voy a dar nombres», afirma Ricardo en clara alusión a la administración Caballero.

«La carencia que tenemos ahora es de infraestructura», comenta. Planea conseguirla «llamando a muchas puertas». Una vez que la red cuente con esa infraestructura, pretende organizar actividades, cursos, tener un ropero social y una despensa solidaria. Asimismo, se quiere crear una huerta solidaria y común, que dé para autoconsumo y venta.

Otra de las funciones de la red es dar apoyo a familias que estén en una situación complicada. «A las personas muchas veces les resulta más fácil acercarse a una asociación que a un estamento oficial», explica Ricardo. Esta RSP será la número 63 de España y la segunda de Galicia, la otra es la de Vigo, que ayudó y sigue ayudando a Ricardo y a otros que están en una situación similar. El proyecto, que lleva gestándose un par de meses, fue presentado ayer en el local de En Marea de Vigo.

Más allá de estos proyectos, Ricardo prefiere no pensar en el futuro. «Pienso un poco a largo plazo, pero prefiero vivir día a día porque la situación deprime», confiesa. Las viviendas sociales se conceden por un año prorrogable en otros dos y Ricardo acaba de prorrogarla este año por primera vez, pero se pregunta qué ocurrirá cuando acabe el tercer año. «No nos consta que haya ninguna familia en una vivienda social que la hayan dejado estar más de los tres años», señala. «Dentro de un año y algo me veo en la misma situación. ¿Qué voy a tener que hacer?», se pregunta.

Lo que no se plantea Ricardo, al menos por ahora, es volver a su ciudad natal. «Yo estoy muy bien en Salvaterra. Si logro encontrar la estabilidad que busco para mis hijos y mi familia aquí, probablemente no vuelva a Vigo».

Ricardo. Desahuciado hace un año junto a su mujer y dos hijos, terminó aceptando la oferta de la Xunta de un piso social en Salvaterra.

La RSP. Pretende organizar actividades y cursos; tener un ropero social, una despensa solidaria y un huerto común; y dar apoyo a familias.