El laboratorio municipal solo ha podido controlar este año las fuentes de siete de las 22 parroquias y barrios

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

El departamento se encuentra bajo mínimos tras el traslado de personal

15 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los técnicos del laboratorio municipal solo han podido controlar este año las fuentes públicas de siete de las dieciocho parroquias viguesas. El resto han sido inspeccionadas en años anteriores, tal como consta en la página web del Concello.

Las parroquias controladas son Bembrive, Cabral, y Lavadores, donde se han inspeccionado 35 caños en cada una de ellas; Beade, con veintidós, y Castrelos, Coia y San Roque, con seis, tres y uno respectivamente.

En total han sido 137 las fuentes revisadas de las 350 existentes a lo largo del término municipal. De ellas, han resultado potables en el momento de la inspección poco más de la mitad, en concreto 72. Esto no quiere decir que la situación cambie horas después, e incluso minutos, como consecuencia de un vertido o de alguna otra circunstancia.

El motivo de los escasos controles es la falta de personal del laboratorio municipal. Esto ha provocado que se hayan dejado de hacer las inspecciones durante largas temporadas. Es lo que podría pasar de nuevo este verano, ya que al escaso personal se suman las vacaciones, por lo que podría darse el caso de quedar solo una persona para realizar todo el trabajo.

La situación también podría repercutir en el análisis del agua de las playas, que se venía haciendo de forma alterna con los que lleva a cabo la Consellería de Sanidade cada quince días. De hecho, la página web del Concello sobre el estado de las playas refleja este abandono al aparecer resultados del 2014.

El control de las fuentes fue cayendo en picado desde hace un año y medio, cuando el Concello planeaba cerrar el laboratorio. Hace poco más de un año se mostraban resultados del 2014 y 2015, salvo en las parroquias de Zamáns y Valladares.

Tras recibir críticas por la decisión de echar el candado en el laboratorio, finalmente el Concello optó por dar marcha atrás. En su lugar lo que ha hecho ha sido dejarlo bajo mínimos con el traslado de parte del personal a otros departamentos.

Las instalaciones, situadas en el sótano del Ayuntamiento, son las únicas en España de sus características. Entre sus tareas figura la de contrastar los controles de la red de abastecimiento de agua, que lleva a cabo la empresa concesionaria, Aqualia. También se encarga de analizar las aguas que les llevan los vecinos a título particular.