Las turborrotondas: más seguras y ágiles, pero un caos si se usan mal

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Vigo abandera el modelo en Galicia y presume de la eficacia de un sistema que necesita un tiempo de rodaje

22 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Quizá la mejor explicación de turborrotonda la proporciona el ingeniero coruñés Jacobo Díaz Pineda, director general de la Asociación Española de la Carretera (AEC): «Es mucho más segura que la rotonda si se usa bien, pero si no, es un caos». Y usarlas bien no es fácil para gran parte de los conductores gallegos, porque hasta el momento no han tenido que enfrentarse nunca a ese modelo de ordenación del tráfico. La experiencia de Vigo es la más reconocible en Galicia. Casi dos años después de la instalación de la primera turborrotonda en la ciudad, hoy hay siete y el Ayuntamiento asegura que en los cruces regulados por estas infraestructuras ha descendido un 30 % el número de accidentes respecto a las glorietas convencionales, informa Alejandro Martínez, de la Redacción de La Voz en Vigo. También los taxistas destacan sus beneficios. «Vemos que se han reducido los siniestros. A nosotros nos parece algo acertado», asegura un portavoz de los profesionales vigueses. 

Esa opinión era muy distinta al principio, cuando a los conductores les costaba adaptarse al nuevo sistema. «Es un modelo que puede funcionar bien, pero necesita un período de transición elevado para evitar errores. Un tiempo de maduración alto», razona Díaz Pineda.

En una rotonda, los conceptos están claros. Los vehículos que van a entrar tienen que ceder el paso a los que ya están en ella. Ya dentro, los que circulan por la derecha tienen preferencia, como en cualquier carretera. Y el más importante, que para abandonarla hay que situarse previamente en el carril derecho.

La turborrotonda es otra cosa. Quizá sea más ágil y segura, pero no se rige por el mecanismo de la rotonda porque no lo es. El conductor tiene que elegir antes la dirección porque una vez dentro del carril no puede abandonarlo. Es más segura porque las líneas continuas de la calzada encauzan mejor el tráfico. Y más rápida, porque en teoría se eliminan las dudas para elegir el momento de la salida. Quienes están a favor de las turborrotondas defienden que están muy conseguidas y el tráfico se reparte más rápidamente. Pero, como en cualquier otra cuestión relacionada con la regulación del tráfico, tal vez las turborrotondas necesitan esa maduración que demanda el director de la Asociación Española de la Carretera: «Hoy por hoy, la turborrotonda no es autoexplicativa. No es tan intuitiva como la rotonda».