En la otra casa de Rosalía se come muy bien

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La vida laboral de los hermanos Víctor y Albino Barreiro confluyó en Vigo hace casi treinta años en el Follas Novas. Además de ofrecer cocina de calidad, en su local «promocionan» a la escritora para foráneos

23 may 2021 . Actualizado a las 02:52 h.

Hay locales donde el cliente va a ciegas, sin miedo, sabiendo que cualquier cosa que le ofrezcan de la carta será de primera calidad y estará bien hecho. Esa es una de las virtudes del Follas Novas, un clásico vigués donde se puede degustar comida tradicional con un toque contemporáneo, con Albino Barreiro al mando de la cocina, y además sentirse como en casa arropados por el jefe de sala, que es su hermano menor, Víctor. Apostaron por una zona que estaba a medio urbanizar, que acababa en la calle Oporto y que todavía conservaba vestigios del pasado como una nave donde se vendía carbón y una chatarrería, pero con el tiempo se ha convertido en una de las millas de oro de Vigo, «una calle llena de vida donde hay de todo», valora.

«Cuando abrimos estábamos solo los dos y una chica, ahora somos doce personas trabajando», cuenta Víctor, aunque ambos tenían ya un largo recorrido en el sector. «En Vigo yo estuve como metre en el Hotel Samil y también como gerente en la cafetería Las Tres Luces, que en su momento fue un gran espacio de referencia, con dos pasteleros en su pastelería, dos plantas de cafetería, restaurante en la tercera planta... era un mundo en el que estábamos una plantilla de 23 personas», recuerda haciendo un recorrido por otros cafés como el Goya, Lorena, Flamingo, Nea, Bonsai ... «todas las cafeterías con solera desaparecieron y no hay capacidad de montar algo así», opina.

El restaurante Follas Novas se ha labrado un espacio en el corazón y en el paladar de numerosos comensales porque su producto es de primera calidad, «hacemos cocina de mercado y de ello depende la carta diaria, que hoy es rodaballo salvaje y martiño, y mañana puede ser merluza,dependiendo de lo que haya bueno», define, aunque en su oferta hay clásicos que siempre están, como la brocheta de rape con langostinos, el bombón o los medallones de solomillo, cuajada de erizos, tortilla y postres caseros.

Su nombre, el de una de las obras cumbre de la literatura gallega, el poemario Follas Novas, de Rosalía de Castro, les ha causado no pocos quebraderos de cabeza por la sorpresa que causa en clientes de otras latitudes que ignoran por completo esta información. «Lo de Follas novas les choca mucho y he tenido que explicar infinidad de veces el motivo por el que se llama así, por la calle y porque a mi siempre me ha gustado Rosalía, y su traducción al castellano», aclara.

Desde hace un par de años, un lienzo de la pintora Encarnación de Béjar preside el comedor junto a otro de Castelao, pero anteriormente siempre hubo otros detalles que hacían referencia a la poeta de Padrón: «Tuvimos incluso un rincón con libros de ella y la portada de una primera edición de Follas novas», cuenta.

Los hermanos Barreiro son de la parroquia de Amoedo, que pertenece a Pazos de Borbén, en el Concello de Redondela, y la localidad tiene una curiosa historia ya que como cuentan, en Pazos los hombres se dedicaron siempre a la hostelería, «y en Amoedo era tradición irse de cocineros a los hoteles de Sevilla. Se creó esa tradición y otra más en la que, de abril a noviembre, se iban a la Costa Brava, sobre todo a Lloret de Mar», explica Víctor añadiendo que ellos también vivieron esta etapa antes de asentarse en Vigo. «Mi hermano empezó en 1972 en el hotel restaurante Estación, que había al lado de la estación vieja de Vigo y después en el Hotel Bahía, el primer cuatro estrellas que hubo en la ciudad», pero antes pasó por Lloret y los dos se emplearon también en Ibiza y Menorca. «En el hotel Cala Galdana fue la primera vez que trabajamos juntos, y yo, además, previamente, recorrí Estados Unidos en los cruceros Carnival Cruise Line, en verano en rutas de Nueva York a las Bermudas y en invierno, de Miami al Caribe».

Además del restaurante con el que la vida laboral de los Barreiro discurre paralela desde hace casi 30 años, se embarcaron en otras aventuras. Son socios junto a Marco Antonio Pérez del restaurante Casa Marco, en la cercana García Barbón, que como recuerda, «nació con un 80 % de nuestra carta pero ya tiene identidad propia y un toque más de autor», reconoce. Su otra incursión fue el London Eye, un bar coctelería en Areal del que se despidieron con pena después de 8 años por problemas con el edificio.

Dónde está: Calle Serafín Avendaño, 10, esquina con Rosalía de Castro.