Comunidades de montes venden aire limpio a empresas que contaminan

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

Aprovechan lo que les pagan por absorción de CO2 para reforestar el monte quemado

17 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Comunidades de montes de Vigo y su área metropolitana han decidido darle la vuelta a la tortilla y convertir la desgracia que suponen los incendios en algo positivo cuando la situación ya no tiene remedio. Con tal motivo recuperan con nuevas plantaciones cientos de hectáreas afectadas por el fuego y ofertan esa absorción de CO2 que produce la reforestación a las empresas que estén interesadas en compensar la contaminación que provocan y dispuestas a pagar. Para ello inscriben sus proyectos de restauración de los montes en el Registro de Absorciones de CO2 del Ministerio de Transición Ecológica. Este trámite imprescindible les permite acceder a los fondos de las empresas que accedan a compensar la huella de carbono.

El precio por hectárea es muy variable al no estar fijado y depende en gran medida de la capacidad negociadora de ambas partes, empresa y propietario del monte. «No hay una cotización, hay rumores; es un mercado opaco. Se puede hablar de 10 euros o de 24 por tonelada. Depende de varias cosas, por ejemplo de las especies o de la zona; en unas la masa medra más y en otras no, por lo que el esfuerzo es mayor y piden más por el carbono», explica el director técnico de la Asociación Forestal de Galicia, Xosé Covelo.

Con la recaudación obtenida por este sistema las comunidades siguen invirtiendo en la recuperación ambiental y promoviendo acciones silvícolas para el cuidado de las masas forestales.

«Las empresas tienen que reducir o compensar la huella de carbono y esto es una forma de hacerlo para que el ministerio las reconozca. Por ejemplo, si tienes una flota con 50 vehículos», añade.

Entre las comunidades que ya se han decantado por este sistema o están en trámites figuran Zamáns, Coruxo, Valadares, Matamá y Comesaña, según constata la Mancomunidad de Montes de Vigo. A estas se suman en el área las de Xinzo, Ribadetea y Couso, en Ponteareas, Taboexa, en As Neves, Santa Mariña y San Miguel de Tabagón, en O Rosal; Parderrubias y San Esteban de Budiño, en Salceda de Caselas, y Cepeda y Amoedo, en Pazos de Borbén. No es que les parezca la mejor solución, pero es una forma de obtener fondos para prevenir incendios como los que asolaron los montes en el 2017, máxime cuando no nadan en la abundancia.

«El problema es que en la actualidad solo es para montes quemados o de nueva reforestación si tienes una parcela vacía. No todas las comunidades de montes están de acuerdo, porque entienden que es una solución para el lavado de cara de las empresas, pero como le expliqué a Coruxo, no vas a perder la oportunidad de ingresar miles de euros. Lo que te dan lo inviertes en el monte. Incluso vale también lo que brota de forma natural», explica Uxío González, presidente de la Mancomunidad de Montes de Vigo. En realidad, las empresas no tienen obligación de hacerlo, se trata más bien de un tema de responsabilidad social. Algunas compañías optan por obtener menos beneficios y contribuir a la mejora del medio ambiente, aunque también puede haber detrás intereses económicos. «La empresa también inscribe la compraventa, aunque sin indicar el precio de la operación, y el Ministerio le da un reconocimiento que vale para diferenciar el producto. Incluso hay empresas de construcción a las que la Administración le pide huella de carbono cero. Esto también les permite entrar en otros mercados como el alemán», indica Xosé Covelo.

Para registrar el carbono no hay otra forma más que hacerlo a través del Ministerio de Transición Ecológica, que otorga credibilidad a la operación.

«Ya hay picaresca con esto, gente que dice que te planta arbolado para cobrar el carbono»

Solo las 85 hectáreas de masa inscritas en cuatro comunidades de montes de Ponteareas y As Neves está previsto que capten alrededor de 27.000 toneladas de CO2 durante el tiempo de permanencia que tienen comprometido, que oscila entre 40 y 50 años, según constata la Asociación Forestal de Galicia. Esto supone que una hectárea capta en torno a 317 toneladas de CO2, lo que en caso de que sea pagada a unos 20 euros reportaría a las arcas de los propietarios de montes 6.352 euros. Claro que podría quedarse en la mitad si solo consigue que se la paguen a 10 euros.

En la mayoría de los casos los proyectos de recuperación del monte cuentan con el asesoramiento de la Asociación Forestal de Galicia y están incluidos dentro de un plan de restauración de superficies degradadas desarrollado a nivel autonómico.

 Asesoramiento

«Nos asesoramos con la asociación forestal y lo gestionamos nosotros, inscribimos unas pequeñas plantaciones y ahora negociamos otras. Hay que estar bien informados y tener cuidado con la picaresca; ya hay gente que viene y te dice que te plantan el arbolado para cobrar el carbono. Te lo cuidan por pocos años, registran ellos la absorción de CO2 y lo cobran. Luego se desentienden y tienes que estar cuidando el monte treinta años», advierte el presidente de la comunidad de montes de Valadares, Gregorio Álvarez.

Las comunidades de montes suelen estar asesoradas antes de llevar a cabo cualquier actuación que suponga un desembolso. El mayor problema se registra entre particulares al ser más frecuente la falta de información.