Abel Caballero protagonizó el acto de apagado de la iluminación que estuvo activa desde el pasado 19 de noviembre
16 ene 2023 . Actualizado a las 14:53 h.«Fue la mejor Navidad que se ha hecho en ninguna ciudad del planeta», gritó Abel Caballero durante el acto de apagado de la iluminación navideña de Vigo. Casi dos meses después de que los once millones de luces led fueran encendidas ante el árbol metálico de la Porta do Sol, un reducido grupo de vigueses acompañó al alcalde y sus concejales en el último pase del All I Want For Christmas Is You, de Mariah Carey.
El regidor olívico habló de éxito, ilusión y amistad para resumir lo vivido en el centro de la ciudad desde el pasado 19 de noviembre. Habló también de agradecimiento a «los millones de personas» que visitaron la ciudad desde toda Galicia, España y «distintos lugares del mundo». «Esta es la Navidad del mundo; es la forma que tenemos de entender el optimismo y la ilusión. Aquí es donde anida los sueños, porque eso fue la Navidad», continuó un alcalde de Vigo con la voz ya un poco tomada y a resguardo del paraguas que le sujetaba la concejala Elena Espinosa.
A pesar del aire casi nostálgico del tiempo pasado, Abel Caballero ya comenzó a hablar de la próxima entrega navideña, a partir del mes de noviembre. «Vamos a tener una Navidad maravillosa y ya invitó a la gente de otras ciudades a que vayan realizando sus reservas para visitarnos», manifestó. Como ocurrió cuando se desarrollo el acto de encendido, Abel Caballero realizó la cuenta atrás, mitad en español, mitad en gallego, para comprobar como la ciudad empieza a volver a su ritmo habitual y, sobre todo, a su intensidad lumínica normal.
El regidor olívico también apuntó que la ciudad había batido todos los récords por él imaginados, y esta misma semana, hablaba del gran impacto económico recibido en la ciudad debido a las luces. Especificaba que el sector hotelero tuvo el mayor nivel de ocupación de la historia de la ciudad. Dijo que en los fines de semana de los días propios de Navidad y en el puente de comienzos de diciembre se llegó a la ocupación plena. «La ocupación subió once puntos respecto a la Navidad del 2019», afirmó el alcalde de Vigo que, incluso, llegó a decir que debido a las luces vigueses aumentó el nivel de ocupación en toda la provincia de Pontevedra y parte de la de Ourense.
Claro que no son pocos quienes en la ciudad también se alegran del final de este iluminado período que, además de turistas, también aportó insufribles atascos en determinados días e incomodidades grandes para los vecinos de las zonas más próximas a la Alameda, donde se instalaron la noria y atracciones de feria, así como el mercadillo.
Estos dos meses de pasión navideña costaron a las arcas de Vigo 625.262 euros. El Concello firmó en el pasado otoño un nuevo contrato con la empresa andaluza Ximénez por tres años, por un total de 1,8 millones de euros. Este acuerdo incluso podría prolongarse dos años más si las partes están de acuerdo.
Hubo 400 calles iluminadas con motivos navideños, pero el grueso del parque temático se estableció desde el inicio de la calle García Barbón hasta la Porta do Sol, zona muy restringida al tráfico hasta las seis y media de la tarde, y cerrada en las horas siguientes. La otra zona se situó desde la Alameda hasta el arranque de O Areal. Fue esta zona la más conflictiva debido a las quejas de los vecinos. Allí se ubicaron las atracciones, como la noria y la montaña rusa, y un mercadillo cuya oferta principal fue de bebidas y comidas.
Y en medio de tanta luz, Abel Caballero manejó en varias ocasiones conceptos como ahorro energético y medidas medioambientales. Lo hizo cuando anunció que este año se reducía el horario diario y también cuando amagó con concluir la iluminación extraordinaria el 8 de enero. Posteriormente, prolongó una semana más el espectáculo a petición de los hoteleros y hosteleros de la ciudad.
Como dijo durante el acto de apagado, ya piensa en el próximo mes de noviembre para que Vigo vuelve a ser el foco de atención de la Navidad en el planeta.