La afición a los bonsáis saca pecho en la provincia y busca nuevos socios

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

Dos colectivos, en A Estrada y Vigo, ofrecen asesoramiento y aprendizaje

09 oct 2023 . Actualizado a las 18:15 h.

«La afición a los bonsáis está en alza», son palabras de Alberto Baleato, una referencia en el mundo de este arte milenario en Galicia. En la provincia de Pontevedra, dos agrupaciones: el Club Bonsáis de Vigo y la Asociación Cultural Bonsái A Estrada, anteriormente conocida como Clube Bonsái Pontevedra, son el ancla de los aficionados a los que ofrecen asesoramiento y todo tipo de cursos y actividades con las que aprender.

Suman entre las dos cerca de 70 personas: 24 socios en la de Vigo y unos 43 en la estradense. Pero ambas sociedades buscan darse a conocer más para encontrar nuevos socios y también con la intención de contar con más gente joven en sus filas. En Japón, este arte lo practican, apunta Baleato, hombres jubilados, pero en Europa la mayoría anda por la mediana edad. En las dos agrupaciones pontevedresas los de menor edad están ya cerca de los 40, y de ahí para arriba.

El presidente de la asociación viguesa, Manuel Fernández, explica que «el club se fundó en el año 1988, con lo que llevamos 35 años del tirón, y tuvo su apogeo allá por el 2010 y hacíamos talleres con maestros internacionales como David Benavente, Mario Invernizzi y Gabriel Romero». Ahora, tras el parón de los años de pandemia, reconoce que cuesta conseguir que la gente salga de casa. Uno de los problemas que tiene ahora mismo el colectivo es «la imposibilidad que nos encontramos de hacer una exposición en Vigo por falta de un espacio adecuado y la colaboración de los organismos de Cultura».

Uno de sus socios más representativos, dice, fue Pepe Leira, un vigués al que le van a hacer un homenaje en una exposición que se celebra los días 17 y 18 de noviembre en Gandía. El colectivo contó con socios como Pablo Comesaña , que estudió en la escuela de David Benavente, «y ahora se dedica profesionalmente a ese mundo y trabaja por toda España con árboles de las mejores colecciones».

Con cinco años de vida, la agrupación estradense, tiene su sede social en la antigua escuela de Baloira, cedida por el Concello. El presidente es Orlando Rivera que ocupa el puesto desde principios de este año. En el mundo del bonsái normalmente la presencia femenina es escasa. En Vigo se quejan de que solo cuentan con dos socias, pero en A Estrada en cambio, explica Riveira, «debemos estar metade e metade, aínda que a ollo, eu xuraría que hai máis mulleres». El primer taller lo hicieron en el 2019 y desde entonces no pararon y continúan sumando socios. A una mayoría estradense se suma alguno de Cambados, de Pontevedra y acaban de incorporar a un socio de Ribeira, otro de Valga y un par de Santiago, mientras que el colectivo vigués cuenta entre sus filas con aficionados de la ciudad olívica pero también otros de Pontevedra y alrededores abarcando un área que llega hasta Tomiño.

Orlando Riveira explica que cualquier persona de Galicia es bienvenida. Tienen cursos cada 15 días, normalmente los sábados, abiertos a los no socios que tendrían que pagar 10 euros, mientras que para los socios son gratis. Ahora están con uno de iniciación. La agrupación está presente con diferentes actividades en cada celebración estradense, que aprovechan para darse más a conocer. En la próxima Festa do Salmón mostrarán en una exposición ya algunos de sus propios árboles.

Paciencia y constancia para árboles que necesitan cuidados diarios

Cuándo uno pregunta por las cualidades que se necesitan para el cultivo de los bonsáis la respuesta es unánime: paciencia y constancia. Paciencia para esperar el largo proceso que conlleva formar un bonsái y en el que, por ejemplo 20 años no son nada, y constancia porque necesitan cuidados constantes y diarios. Riveira explica que «todos os días hai que regar, abonar constantemente, estar alambrando e desalambrando... unha planta é un ser vivo e hai que observala e coidala todos os días». Por su sede en Baloira puede pasar quién quiera para hacerse una idea sobre este arte milenario que engancha. En Galicia, señala Baleato, «o carballo é a seña de identidade» pero los aficionados de estas tierras también se decantan por otras especies autóctonas como el pino silvestre, aprovechando que «as coníferas teñen un crecemento máis rápido». El club vigués tiene un acuerdo con la comunidad de montes de San Salvador de Prado, en A Cañiza, donde recogen pinos silvestres. Los arces y los juníperos son otras de las especies que más triunfan.

«Estoy encantada y quiero animar a más mujeres a que se unan a nosotros»

Carmen Martínez es desde hace dos años una de las dos socias femeninas del Club Bonsái Vigo. Cuenta que «estoy encantada con la gente que hay en el club y con todo». Reconoce que «empecé tarde, siempre tuve esa afición pero ni sabía que había un club en Vigo. Estuve investigando y di con ellos». Lamenta que no se publicite más este mundo. Las plantas siempre le gustaron, aunque antes que los bonsáis, lo suyo fueron las orquídea. El grupo se reúne los martes a las 20.00 horas y cree que cualquiera puede disponer de un rato. «Es una afición interesante, conoces especies de árboles, de plantas y aprendes un poco de botánica». Solo tiene palabras de alabanza para sus compañeros «que son encantadores» y para la ayuda que recibe del club aunque le gustaría que se uniesen más mujeres. Los bonsáis dice «son mi válvula de escape. Empecé con un plantón pequeñito y ya tengo 15. Es tu tiempo, desconectas y te olvidas de las preocupaciones», asegura.

Un congreso para reunir lo mejor de este arte milenario

Los aficionados al mundo del bonsái tienen una cita los días 14 y 15 en el edificio Cinc de la Cidade da Cultura de Compostela donde se celebra el Congreso Internacional del Bonsái Camiño de Santiago organizado por Alberto Baleato Pumar, de Val do Dubra, y el lalinense Carlos Fernández Iglesias, que contarán con la ayuda en el montaje de miembros de la asociación cultural Bonsái A Estrada. La pandemia hizo que el anterior congreso gallego se celebrase en el 2019 y en esta edición crece convirtiéndose en internacional.

La cita cuenta con Rubén Ciezar y Lorena Vilas como invitados de honor. Una parte importante son las demostraciones. El día 14, de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00 horas, están a cargo del italiano Giacomo Pappalardo, afincado en Laracha; su compatriota Bruno Proietti Tocca y Germán Colmenares. El domingo, día 15, de 10.00 a 14.00 horas le toca el turno a Luis Vila, uno de los grandes maestros europeos y a Colmenares. Los dos organizadores cifran en más de 60 los bonsáis, (en la edición anterior fueron 40), que se podrán ver en una muestra que contará con la participación de ejemplares llegados de las cuatro provincias gallegas, a los que se sumarán expositores de toda España procedentes de comunidades como Asturias, Cantabria, País Vasco, Cataluña, Valencia, Andalucía, Madrid o Castilla-La Mancha junto con árboles de Portugal y alguno italiano.

Va a ser, dicen, un fin de semana muy completo que incluye además cuatro charlas. Se inaugura a las 9.00 horas del día 14 y la primera conferencia, de 11.00 a 12.30 horas, estará a cargo de Juan José Pardo que hablará del cultivo como prevención, Gabriel Corral disertará, de 12.30 a 14.00 horas sobre la prevención de plagas y el calendario de aplicación de tratamientos y por la tarde, a partir de las 16.30 horas, Marcial Yuste hablará de los fundamentos de diseño estética en arte bonsái. A las 20.30 horas se cerrará la jornada a la que seguirá, a partir de las 22.00 una cena de gala y una entrega de premios. El domingo arrancará con una visita guiada de Rubén Ciézar que contará la historia de sus bonsáis y, tras las demostraciones, David Ruiz ofrecerá una conferencia titulada Introducción a la exposición de Shohin.

Por el centro de Baleato en Val do Dubra pasan a diario infinidad de aficionados de toda Galicia que acuden a sus cursos. Uno de ellos es su compañero, Carlos Fernández Iglesias, que lleva 40 años practicando este arte milenario. Baleato echa en falta una mayor afición entre las mujeres y explica que «incluso estuve planteándome hacer un congreso de poder femenino, que todos los demostradores y las charlas fuesen de mujeres, pero es complicado porque hay muy poquitas».