Rueda anuncia que comprará el Teatro Cine Fraga de Vigo si continúa al frente de la Xunta

La Voz VIGO

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Está en conversaciones con Abanca, propietaria del histórico edificio cerrado desde el 2001, con el propósito de que albergue un centro cultural y experimental. Caballero sostiene que él negociaba la cesión gratuita y Abanca pide quedar al margen de la contienda electoral.

14 feb 2024 . Actualizado a las 01:43 h.

El candidato del PPdeG a la presidencia de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, ha anunciado hoy en Vigo su intención de comprar el Teatro Cine Fraga para que albergue un centro cultural y experimental. El líder popular señaló que el proyecto irá adelante si continúa al frente del Gobierno gallego. Para ello mantienen conversaciones con Abanca, que es la propietaria del histórico edificio vigués, que permanece cerrado desde el año 2001.

El presidente gallego dijo que, tras darle «muchas vueltas», su objetivo es adquirir el Fraga en colaboración con la Diputación de Pontevedra «para ponerlo a disposición de los vecinos». Aunque Rueda no ha avanzado la cifra a invertir, que incluiría además de la compra rehabilitación del inmueble, ha detallado que será un «centro de desarrollo cultural» para acogerá iniciativas pioneras, de creación artística, locales de ensayo y salas de proyección. También funcionaría como sede de la Galicia Film Comission.

Rueda intervino en el hotel Attica 21 de Samil ante distintos representantes de la sociedad viguesa y mostró su «confianza» en el apoyo de los electores el próximo domingo para seguir «haciendo cosas». Entre estas últimas, está el golpe de efecto que dio con el Fraga. El cine vivió su última proyección hace ya más de dos décadas, con Lara Croft: Tomb Raider, de Antelina Jolie. Era propiedad de la entonces Caixa Galicia, que apostó por su adquisición para reforzar su obra social en la ciudad y, posteriormente, con la crisis financiera, optó por cerrarlo por el coste de su mantenimiento.

Oscar Vazquez

Desde entonces se ha hablado de muchos posible usos del Fraga, pero ninguno fructificó. Desde una pinacoteca para la colección de las cajas hasta un casino. También el Real Club Celta de Vigo se interesó por el local para montar su sede. El problema siempre fue el mismo: era preciso un cambio de calificación urbanística para poder darle un uso comercial a parte de las instalaciones.

El gran cine de Vigo bajó el telón el 28 de junio de 2001. Está instalado en la memoria sentimental de la ciudad desde su inauguración en 1948. Para este acontecimiento se  proyectó la película española Botón de Ancla, de Suevia Films, la productora del vigués Cesáreo González, que comenzaba todos sus filmes con la bandera de Vigo ondeando sobre unas vistas de la ría. Varias generaciones disfrutaron de la sala, con sus butacones rojos, y de la discoteca Nova Olimpia, que estaba en los bajos. El Fraga sufrió un incendio en el año 1988. Los dueños consiguieron restaurarlo, pero ya comenzaba el declive de las salas comerciales de cine como negocio. Tenía 1.758 localidades que ya nunca se ocupaban.

Para el gobierno vigués, un «cuento chino»

El Concello de Vigo reacción al anuncio de Rueda acusándole de mentir. Carlos Font, portavoz del gobierno socialista, dijo que el Ayuntamiento ya estaba en conversaciones con Abanca para pedirle que ceda a la ciudad el Fraga y se pueda dedicar a actividades culturales y de mayores. El concejal dijo que la Xunta no contempla ni un solo euro en los presupuestos para comprar el cine, por lo que calificó de «cuento chino» el compromiso del presidente de la Xunta y candidato del PP. Font desveló que Abel Caballero llegó incluso a visitar el local en compañía de Francisco Botas, consejero delegado de Abanca.

Comunicado de Abanca

Por la tarde, Abanca emitió un comunicado para desmarcarse de la contienda electoral. La entidad señala que gestiona sus activos «siempre con la finalidad de optimizar su patrimonio evitando cualquier decisión que pueda tener efectos en la política o en momentos electorales importantes». En el caso del Fraga, dice buscar opciones para «poner en valor la propiedad» y que la decisión final que se adopte dependerá de sus órganos de gobierno.